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San Valentín: dos personas no creen en el amor por culpa de las desilusiones
Daniel quedó con el corazón roto al enterarse de que su novia lo había engañado. A Margarita, en cambio, la dejaron plantada y ‘con los churos hechos’
En San Valentín no todo es amor y amistad, también hay despecho y desilusiones. Un 14 de febrero, Daniel quedó marcado de por vida y, desde entonces, según él, no cree que exista una mujer fiel.
El quiteño trabaja como ilustrador en una agencia de publicidad y recuerda que hace dos años le llamaron a la recepción del lugar. Era el repartidor de un bazar.
Le entregó una caja envuelta en un papel de regalo. En una tarjeta que estaba decorada con hilos dorados decía: “Este es un día especial para los dos. Gracias por tanto. Espero que te guste. Te amo”. Adentro había un paquete de chocolates.
Daniel quedó sorprendido. Quiso preguntar al motorizado quién le había enviado el detalle, pero este ya se había ido.
Subió a la oficina un poco consternado porque recuerda que su novia, con quien llevaba más de nueve años, nunca le había enviado nada al trabajo. De hecho, afirma que con ella tiene pocos recuerdos agradables. Todo lo que registra su mente de esa relación son discusiones y rupturas.
Llamó al bazar y preguntó: “Por si acaso, ¿el regalo que me acaban de dejar vino de parte de...? Le dijeron que sí.
Más allá de provocarle alegría, Daniel se quedó con la duda porque sabía que su novia no era capaz de darle un detalle. Además, en ese entonces estaban peleados y, por si fuera poco, los chocolates no le gustan al ilustrador.
“¿Será que se quiere reconciliar conmigo de esta manera? ¿Será que se confundió?”, se preguntaba. Aquel San Valentín cayó un lunes. Por la noche, él le escribió y le propuso si se pueden ver el viernes para conversar, pero ese día no llegó.
Durante la semana recibió mensajes de un número desconocido que decían: “Eres un ‘cachudo’. La ‘man’ te está mintiendo. Hazte al dolor”.
El jueves su novia le terminó en una llamada. Y más tarde se enteró por un amigo en común que ella le había regalado los chocolates porque tenía sentimiento de culpa. La razón era porque aquel San Valentín, había pasado el día en un hotel con otro hombre.
Una cita con ‘cuernos’
Margarita vive cerca de la playa de Ballenita, en la provincia de Santa Elena. Hace seis años decidió darse una nueva oportunidad en el amor tras haberse separado del padre de sus dos hijas.
Conoció a un ingeniero civil que vive en la capital y que viajaba por temas de trabajo a Santa Elena. Entablaron una relación y ella le dijo que para el 14 de febrero del 2018 le iba a preparar un regalo.
Con una semana de anticipación le indicó que se debían encontrar cerca del malecón a las 19:00 y quedaron de acuerdo.
Aquel San Valentín, ella habló con el dueño de un restaurante para que le reserven una mesa con vista al mar y le dijo que preparara un arroz marinero con bastantes camarones, porque eso le gustaba a su amado.
Esa noche, ella llevaba puesto un terno de baño que él le compró. Marcaron las 18:30, ella le envió un mensaje pero él no respondió. Llegaron las 19:00 y no aparecía. El cocinero le preguntó si ya le servía los platos y ella se negó. Dieron las 20:00 y nada. Nunca llegó.
Margarita luego llamó a un amigo con el que solía viajar a la provincia y este le envió unas fotos: se habían quedado en un cabaré de Guayaquil. Al igual que Daniel, desde entonces, Margarita no cree en el amor y prometió no volver a enamorarse.
EXTRA cambió los nombres reales de los protagonistas para proteger su identidad.
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