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El rescate milagroso de un niño en la selva en Morona Santiago
Israel se adentró en la jungla mientras estaba con sus padres. Durante seis días, estuvo acompañado por el espíritu de su abuelo fallecido
La selva de Transkutukú, en Morona Santiago, guarda secretos que la ciencia aún no logra explicar. Uno de ellos ocurrió la primera semana de abril de 2025, cuando Israel, un niño shuar de apenas 8 años, se perdió en su interior.
Sobrevivió seis días sin comida, sin abrigo, entre serpientes, lluvias y noches heladas. Pero lo más increíble, además de su hallazgo, fue lo que vieron los rescatistas y lo que contó el pequeño después.
La familia estaba trabajando la tierra cuando Israel desapareció, el 29 de marzo. Se alejó dos kilómetros, adentrándose en la espesura de la selva virgen, en una zona donde el monte lo devora todo.
La comunidad se organizó junto a 11 bomberos. Más de 50 personas rastrearon durante seis días unas huellas que desconcertaban: marcas de pies pequeños que aparecían cada 20 metros, como si el niño flotara o volara.
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Las pistas que llevaron al rescate del niño en la selva

En medio de la búsqueda, hallaron chozas improvisadas construidas por él. ¿Cómo un niño de 8 años pudo hacerlo? Nadie lo entiende.
El sexto día, la esperanza parecía agotarse, pero a las 12:15 del 4 de abril, Sámir Chiriap, uno de los rescatistas, encontró nuevas pisadas cerca de la cascada Chiriap. Una hora después, Rudy Chiriap —su padrastro— descendió al río Númpaim. Gritó con el alma: “¡Israeeeel!”. La respuesta fue un eco milagroso: “¡Aquí estoy, papi!”
Rudy lo vio correr, extraño, con energía desbordante. Disparó al aire para detenerlo. Entonces, el niño se detuvo. Cuando lo abrazó, entre lágrimas y asombro, Israel susurró: “Yo estaba caminando con mi abuelito…”. Pero su abuelo había muerto ya algunos años.
Una aterradora sombra acompañó al niño en la selva de Morona Santiago

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El relato de su prima Kelly fue más perturbador. Después de que lo encontraron, ella también acudió a abrazarlo, y en ese momento sintió un golpe invisible y un mordisco en el brazo.
Nadie más vio al atacante. Kelly asegura que lo rescató “de las manos de una sombra” y mostró la herida en su brazo a los medios locales del cantón Sevilla Don Bosco. “Seguíamos las huellas del niño, pero también estaban las de un venado. Lo abracé y algo me golpeó. Sentí frío, debilidad… algo me mordió”, relató.
Dos bomberos también aseguraron haber visto el extraño suceso. “Al sonar el disparo, una ráfaga oscura cruzó el río como un viento vivo, como una presencia que, al parecer, custodiaba al niño… y luego se desvaneció”, mencionaron.
En la selva hay espíritus buenos, según chamán de Orellana

Israel sobrevivió comiendo frutos silvestres y bebiendo agua de la montaña. Médicamente estaba deshidratado, pero consciente, informaron los rescatistas. Policías, bomberos y la comunidad se unieron durante seis días hasta localizar al pequeño.
Luis Yumbo, chamán de la comunidad Martinica, en Orellana, contó que en la selva habitan espíritus buenos y malos. En el caso del niño perdido, cree que fue un espíritu bueno el que lo protegió, ya que en una selva virgen abundan los animales salvajes y las trampas naturales que pueden ser mortales para quienes no conocen el terreno. “Si no sabes moverte, puedes morir en pocos días”, advirtió.
Recordó que vivió una experiencia similar cuando era niño: se extravió en la selva y, según relata, fue su madre —fallecida tiempo atrás— quien lo protegió espiritualmente hasta que logró regresar con vida.
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