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Quito: Abuelito apuñalado en su cuarto
Los criminales habrían aprovechado el momento en el que la víctima se encontraba sola para matarla. La Policía descartó un robo y continúa tras la pista de los responsables.
El rostro de Antonio Otavalo estaba irreconocible por las puñaladas que le dieron. Sus hijos, al ver el cadáver ensangrentado, se preguntaban quién habría sido capaz de asesinarlo con tanta saña.
La tarde del miércoles, uno de ellos llegó del trabajo al domicilio ubicado en Gualo, al nororiente de Quito, y notó que el vidrio de la puerta principal estaba roto. No se le hizo raro hasta que empezó a llamar a su padre y este no respondía.
Entró a su dormitorio y vio el cuerpo del adulto mayor sin vida y con un charco de sangre a su costado. Trató de reanimarlo, pero ya estaba frío. El hombre pidió ayuda a los vecinos y llamaron al ECU 911.
Los policías que cercaron la escena indicaron en el informe que el adulto mayor, de 78 años, tenía cortes en la frente, los ojos, los labios y el cuello.
Juan Otavalo, el primero de sus hijos, presume que los asesinos sabían en qué momento atacar a su padre. Relató que los tres hermanos que viven con él salen a las 07:30 del domicilio y regresan a partir de las 13:30, cuando uno de ellos hizo el hallazgo.
Juan añadió que durante ese período, su progenitor solía llevar a sus ovejas a pastar a un bosque cercano. Ese día, los moradores no lo vieron en su recorrido habitual.
Las hipótesis
El teniente coronel Paúl Saavedra, subcomandante del Distrito Calderón, indicó que recibieron la alerta de un robo a las 14:00. Sin embargo, cuando los agentes llegaron al sitio, encontraron todas las pertenencias de la víctima. Incluso, el oficial dijo que el reloj del señor permanecía a un costado del cuerpo. Al parecer, se había salido durante el forcejeo con sus victimarios.
Por eso, los agentes investigadores, tras revisar la escena del crimen, descartaron que el móvil haya sido por robo.
Durante el procedimiento, una vecina, que vive junto al predio de la familia Otavalo, les dijo a los investigadores que su esposo había sido amenazado de muerte por un grupo de extranjeros.
Según su testimonio, su pareja fue intimidada para que dejara de trabajar en una panadería. Esto porque supuestamente los agresores se dedicarían al mismo negocio.
Saavedra señaló que indagarán la denuncia que colocó la señora en la Fiscalía para que se investigue si los victimarios se equivocaron de objetivo.
Esta es la única respuesta creíble para Juan y sus hermanos, quienes todavía permanecen consternados por la muerte de su padre. Antes de que se llevaran su cadáver, ellos se pusieron a revisar los últimos videos que le grabaron a su progenitor durante una fiesta familiar realizada el fin de semana pasado.