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A lo largo de la avenida Simón Bolívar, también llamada Malecón, comerciantes ofrecen productos.ÁLEX LIMA

El Malecón 2000 de Guayaquil parece una cárcel con electricidad

En diferentes tramos del lugar se ha levantado el tendido. Ciudadanos dicen que es una medida oportuna ante la inseguridad, otros no están de acuerdo

“Peligro, cerco eléctrico”. Son las palabras que se leen en pequeños cartelitos de plástico que cuelgan del tendido que se ha montado en las rejas metálicas de distintos tramos del Malecón 2000, en el centro de Guayaquil.

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Esta medida ha generado sorpresa entre los visitantes, arrojando críticas divididas, y que otra vez ha convertido en tendencia al Malecón.

Que es un hecho reciente, que es drástico, que no lleva más de dos semanas, que la razón para su colocación es evitar que los vendedores ambulantes crucen las rejas para vender dentro del malecón sus productos (bebidas, snacks o dulces) son los comentarios que soltaron algunos ciudadanos consultados por EXTRA.

¿Pero qué dice el Municipio? ¿Qué lo llevó a colocar cercos eléctricos? Son las preguntas que están pendientes por parte de la entidad. EXTRA solicitó una entrevista para abordar el tema, pero no hubo contestación al respecto.

En una visita al lugar se constató que personal de seguridad revisaba las maletas de quienes cruzaban por las puertas. Más de un ciudadano calificó la medida como “extrema” y recordaron aquella idea que tuvo en un inicio el alcalde Aquiles Álvarez, que apuntaba a sacar incluso las rejas del malecón. ¿Qué pasó ahora?, se cuestionaban. ¿Por qué pasó de un extremo a otro?, decían.

Por un lado, están los que aprueban que no haya cercos metálicos, que revelan que la ciudad (ya sea en barrios o ciudadelas) continúa ‘amurallándose’. En la otra orilla se encuentran los que no ven “otra alternativa” que tener barreras para no estar expuestos a algún hecho delictivo.

Opinión ciudadana

Me causó asombro ver el tendido eléctrico a lo largo del malecón, pero me asusta que alguien, por ganarse unos centavos, tenga algún accidente u ocurra alguna desgracia. El tema es complicado, muy, muy complicado”, analizó Carmen Soria, una ciudadana que salía del centro comercial del lugar.

Un comentario similar formuló Solange Macías, quien va cada semana a recorrer el sitio con su familia. “No me parece que vivamos así, con rejas, cercos eléctricos, muros, no. Es feo que Guayaquil esté así, pero es nuestra realidad, ya sea por la delincuencia, porque había muchos puntos oscuros hace unos días y quizá (los ladrones) escapaban fácilmente, pero pasear entre rejas no lo apruebo”, manifestó.

Mientras que Leonel García sí aprueba esta medida porque, a su juicio, “Guayaquil cada vez está sumida en la delincuencia”. “Yo tengo temor porque hoy en día tú no sabes quién es o no delincuente. Muchos se pueden camuflar entre vendedores, por ejemplo, o repartidores de comida, así que toca aceptar”, argumentó.

Policías metropolitanos y guardias de seguridad del sitio se colocan ahora en las puertas del sitio y revisan las maletas de los visitantes.ÁLEX LIMA

El malecón no ha estado alejado de la polémica.

En julio anterior, personas en moto pusieron a correr a quienes se encontraban dentro y en los alrededores, cerca de la calle Loja. En aquel entonces, fuentes policiales confirmaron que no hubo disparos y que el ruido, similar al de balas, provenía del tubo de escape de las motos.

En el área también se han registrado casos de vendedores que han agredido a guardias de seguridad.

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