Julio Ayala guarda con amor la tarjeta de aniversario que le hizo a su esposa Yomaira Quishpe cuando cumplieron seis meses de relación. El recuerdo está pegado en la pared de la casa que compartió este hombre, de 44 años, con la chica, de 22, asesinada el pasado 18 de junio de este año.

Yomaira y otras tres mujeres, una de ellas de apenas cinco meses de nacida, fueron parte de una serie de asesinatos que han conmocionado a Cayambe, cantón del norte de Pichincha. El implicado fue identificado como Jairo Cuascota, actualmente detenido por secuestro extorsivo con muerte.

“Fue un golpe muy duro recibir esta noticia que realmente no la esperaba”, expresó Ayala a EXTRA. Él y su pareja se conocieron hace un año cuando la chica le pidió trabajo en el restaurante que regenta en la capital cayambeña.

Luego de tres meses de laborar en el lugar, Ayala y la joven entablaron una relación. “Ella se encargaba de pagar a los colaboradores, a los proveedores. Tuvimos un bonito noviazgo”.

Las amenazas al esposo de joven asesinada en Cayambe

Pero el amor les fue arrebatado cuando apareció Cuascota, quien admitió que se encontró con Yomaira el día de su desaparición. “Desde esa fecha recibí mensajes para que ayudara a Los Lobos a lavar dinero, pero la condición era que yo les diera 3.000 dólares como parte de esto y no atentar contra la vida de mi esposa”.

Los mensajes los habría enviado Cuascota usando el chip de la joven. Ayala no dudó y puso la denuncia al siguiente día y empezó su martirio porque durante tres meses estuvieron amenazándolo para que diera la plata.

Los montos subían en cada contacto, al igual que el tono de las intimidaciones. “Me decían que se irían en contra de mi familia, mis padres, mis demás parientes. Incluso que me mandarían las uñas de mi esposa a mi local”.

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Pero todo esto era mentira porque la joven ya había sido asesinada, según Cuascota, durante la audiencia de formulación de cargos por este hecho. Él dijo que llevó a la chica hasta una zona de haciendas, la estranguló y tiró su cuerpo a una quebrada.

Pero Ayala se enteró recién esta semana, tras el hallazgo de Aracely, de 17 años, y su bebé, de cinco meses, el 26 de noviembre, otras dos víctima. “Los agentes me dijeron que no me habían contado nada porque habían estado ajetreados por este caso. Lamentablemente no apareció el cuerpo, solo la ropa: un calentador azul y zapatillas deportivas”, relató indignado el esposo de Yomaira.

El siguiente trámite será la próxima semana. Ayala deberá ir con los investigadores hasta la zona donde fueron halladas las prendas para, al menos, localizar los restos de su amor y así tener un poco de paz.

El velorio de madre e hija asesinadas en Cayambe fue en Juan Montalvo

La otra familia que también vive un terrible drama a causa del supuesto asesino serial vive en la parroquia Juan Montalvo. Allí, al interior de un aserradero, eran veladas Aracely y su bebé.

Ambos féretros fueron colocados uno cerca del otro. Delante de estos se observaban las fotografías de las víctimas, localizadas en diferentes puntos de Cayambe y el cantón Pedro Moncayo.

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La madre de Aracely, quien prefirió no identificarse, recordó a su hija como una joven buena y que no le gustaba salir muy seguido a la calle porque debía cuidar a su niñita. “Lo único que pido es justicia porque me arrebataron a mi única hijita. Tengo dos hijos varones, pero ella era mi consentida”, lamentó la mujer.

Aracely salió de su casa el 1 de noviembre y Cuascota supuestamente la secuestró junto con la infante. Asimismo extorsionó a la familia, pero las dos ya habían sido asesinadas.

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