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Milagro permanece bajo el agua. Sus habitantes piden ayuda.CHRISTIAN VASCONEZ

No hay milagros en Milagro: sus pobladores siguen bajo el agua

Entre el 70 % y 90 % de Milagro (Guayas) está inundado por las fuertes lluvias. A algunos lugares solo se puede entrar en canoa, dada la profundidad del agua.

La quietud del agua permite que Susana Crespo, de 63 años, pueda recoger algunas piedras. A escasos metros, sus cuatro nietos juegan con una pequeña balsa de cuatro tablas: para los niños es un proyecto familiar, pero para la abuela se trata de un boya de escape, por si las lluvias vuelven a hacer de Milagro (Guayas) una piscina entre las viviendas.

"Llevamos comiendo arroz con tomate hace varios días", dice Susana, en cuclillas en medio de la calle que se ha convertido en un pequeño riachuelo.

Si se parara, el agua le llegaría hasta las rodillas; a sus nietos, más o menos, a la cintura.

Cuando se refiere por segunda vez a que ha comido arroz con tomate junto a su familia, lo repite en voz baja.

No es que se trate de un pecado ni mucho menos, pero su situación cambió por el temporal: las torrenciales lluvias que ‘ahogaron’ a Milagro no le han permitido salir a trabajar vendiendo ropa de segunda mano.

“Nadie nos ha venido a ayudar. Todos los organismos han ido para el fondo, como si fueran los únicos afectados”, comenta, apretando de vez en cuando sus labios.

Algunos niños aprovecharon para darse un ‘clavado’ en las aguas estancadas.CHRISTIAN VASCONEZ

Las pequeñas piedras son un simple pasatiempo, porque no tiene nada que hacer dentro de su hogar, en el que viven cinco generaciones de su familia.

Las que recolecta, va poniéndolas en un balde naranja que de vez en cuando sumerge para “lavarlas”.

Entre el 70 % y 90 % de Milagro se ha inundado en esta temporada de lluvias, según las autoridades; el Cuerpo de Bomberos y la Cruz Roja han acudido al lugar en pequeños botes inflables, los cuales son usados para rescatar a ciudadanos en barrios donde el agua supera 1,50 metros de profundidad.

Las zanjas de los laterales en las calles son usadas por los menores como piscinas para realizar piruetas, por lo profundas que son.

De eso se trata la inocencia: los desastres y momentos oscuros solo pueden magnificarse con el paso de los años.

ntre el 70 % y 90 % de Milagro (Guayas) está inundado por las fuertes lluvias. A algunos lugares solo se puede entrar en canoa, dada la profundidad del agua.CHRISTIAN VASCONEZ

Por su parte, Susana, de momento se resigna. No puede hacer nada en contra de la naturaleza, solo acompañar a sus pequeños y amortiguar el golpe lo que más se pueda.

“Mientras tengan algo en el estómago, creo que eso hace ver al mundo como un lugar menos duro”, asegura casi murmurando para que ellos no la escuchen.

Al final, con la misma cara de desconcierto, dice que está a la “espera de un milagro en Milagro”. Unos segundos después mira a sus nietos y recuerda que atrás de ella aún hay una niña que se esconde y en momentos de crisis puede aflorar. “No todo es tan malo cuando los veo reír”, concluye.

¿Qué han hecho las autoridades?

Las torrenciales lluvias hicieron que el estero San Miguel y el río Milagro aumentaran sus caudales, haciendo que estos se desborden.

Entre los barrios más afectados están la Unida Norte, Unida Sur, las ciudadelas San José y Margarita 2, Los Tamarindos, La Chontilla, entre otros.

El personal de la Alcaldía de Milagro y el Cuerpo de Bomberos tuvo que evacuar a 20 familias de los lugares antes mencionados, por el elevado riesgo.

Los animalitos también han sido afectados por las inundaciones.CHRISTIAN VASCONEZ

Por su parte, el alcalde de Milagro, Francisco Asán, expresa que el COE cantonal dispuso declarar el estado de emergencia.

Asegura que el sistema de bombeo que está en el malecón Olmedo se encuentra operando al 100 % para poder evacuar las aguas lluvias hacia el río Milagro.

Incluso, menciona que no se trata de falta de mantenimiento, dado que las cuatro estaciones de bombeo se encuentran operando correctamente.

Entre las ayudas que han dispuesto, a algunos ciudadanos les han entregado una canasta de alimentos y botellones de agua potable.

Pero otros ciudadanos como Aníbal Rugel asegura que a él no le ha tocado esa ayuda y que está a la intemperie.

En flotadores o balsas, los habitantes de Milagro se movilizan por las lluvias.CHRISTIAN VASCONEZ

"Estas lluvias me dejaron sin nada. Trabajo empacando camarones y no he podido ir a laborar por las inundaciones", comenta Rugel, mientras sostiene un cigarrillo en su mano derecha.

Darle unas fumaditas no cambia su situación, pero sí merma su ansiedad.

Rugel continúa su camino por la avenida Río Napo para llegar a un pequeño mercado y comprar lo que le alcance para su familia. Su silueta va perdiéndose entre balsas, niños clavándose en zanjas y agua, mucha agua que tiene a todos inundados y a la espera de un milagro de que pronto esto pase.