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Esto le sucede a su cuerpo cuando deja de tener sexo
La actividad sexual libera oxitocina, dopamina y serotonina, hormonas asociadas con el bienestar y la mejora del estado de ánimo
En la era contemporánea, la disminución en la búsqueda de actividad sexual entre adultos jóvenes ha captado la atención, suscitando un creciente interés en comprender las posibles repercusiones que este fenómeno podría acarrear para la salud física y mental.
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De acuerdo con la profesora Tara Suwinyattichaiporn, experta en sexo y relaciones de la Universidad Estatal de California, Fullerton, la carencia de actividad sexual a largo plazo no solo afecta el estado emocional de las personas, sino que también podría tener consecuencias físicas significativas.
Una vida sexual activa, junto con el uso de preservativos, se percibe como un factor positivo para la salud, afirma la experta. No obstante, advierte sobre un fenómeno preocupante: la falta prolongada de actividad sexual podría resultar en una condición rara conocida como atrofia del pene, donde el miembro masculino se encoge aproximadamente dos centímetros.
Esta condición no se limita únicamente a los hombres, ya que en las mujeres, la ausencia prolongada de actividad sexual también puede provocar cambios en la anatomía vaginal.
Además de los cambios físicos, Suwinyattichaiporn destaca el impacto en la salud mental, ya que los efectos también pueden manifestarse en un deterioro de la salud mental, el cual puede tardar entre seis meses y cinco años en aparecer.
"Un mes o más sin relaciones sexuales puede aumentar los niveles de estrés en hombres y mujeres, lo que conlleva problemas de frustración sexual, ansiedad, depresión e ira", explicó en una entrevista para el 'Daily Mail'.
SEXO Y EL BIENESTAR MENTAL
La importancia de la actividad sexual radica también en la biología detrás de las relaciones íntimas. La actividad sexual libera oxitocina, dopamina y serotonina, hormonas asociadas con el bienestar y la mejora del estado de ánimo.
Si el cuerpo no produce suficiente dopamina, como suele ocurrir con una actividad sexual regular, podrían surgir nuevas inseguridades, lo que a su vez podría afectar la autoestima.
Resulta interesante señalar que un estudio reveló que los hombres que eyaculaban al menos 21 veces al mes tenían un menor riesgo de desarrollar cáncer de próstata en comparación con aquellos que lo hacían de cuatro a siete veces al mes.
Otro aspecto crucial es que la actividad sexual frecuente promueve un aumento en el flujo sanguíneo, la lubricación y la elasticidad de los tejidos vaginales. Por el contrario, la ausencia de actividad sexual puede ocasionar tejidos más delgados y secos, lo que podría reducir la longitud del canal vaginal y complicar la penetración.
Para Sari Cooper, terapeuta sexual, aunque los períodos de sequía son normales, es fundamental analizar las razones detrás de estas pausas. Cooper sugiere volver a los elementos que desencadenaron momentos eróticos en el pasado para reactivar la vida sexual.
"Por ejemplo, alguien puede estar muy orientado al sonido, y si está relajado, puede emocionarse mucho escuchando o bailando un tipo de música", sugiere.
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