Ver en tiempo real la situación de la franja de Gaza en Medio Oriente –bombardeos, heridos, muertos, rehenes– afecta los nervios de Mónica Encalada. Su única hija está cerca de todo ese sangriento escenario. “Hace poco me dijo que tiene que entrar en un búnker por los bombardeos”, cuenta a EXTRA mientras bebe un vaso de agua para calmarse.

Ella está en Quito y su hija Estefanía Enríquez reside desde hace 11 años en Ein Hashlosha, un kibutz israelí a 40 metros de Gaza. Este es un sitio fundado por migrantes uruguayos y argentinos hace unos 70 años.

La mujer, de 35 años, conoció a quien hoy es su esposo en ese país y se quedó. Ahora tiene un hijo y trabaja para una empresa de procesadores electrónicos. Todo lo que construyó allá lo tuvo que abandonar por la guerra. “Sí, es muy duro, yo misma le dejé cosas para la Navidad, para mi nieto. Pero la vida es lo primero”, asevera Mónica.

Durante la entrevista con EXTRA intentó llamar a Estefanía, pero no hubo respuesta. Unos 20 minutos antes tuvo que refugiarse en un lugar seguro. Su último mensaje fue: “Todo bien”.

Por esa misma hora, Estefanía dijo a otro equipo de este Diario "Discúlpame no puedo en este momento, tan pronto pueda me contacto".  Todavía no ha podido contactarse.

ANGUSTIA

El 7 y 8 de octubre fueron los peores para Mónica, pues mientras la noticia de los enfrentamientos rodearon el mundo, su hija estaba incomunicada. “Fue horrible porque no sabía nada de ella, mi nieto o mi yerno. A veces uno piensa lo peor”, relata.

El lunes ya logró hablar con Estefanía y ella le contó que estaban bien, pero que su kibutz había sido atacado y tuvieron que dejarlo todo. Desde entonces, la madre empezó los papeleos para que la Cancillería ecuatoriana la traiga de vuelta. “Lo bueno es que pueden venir los tres juntos, incluso con las mascotas”, agrega.

Mónica mantiene la esperanza, pues el año pasado el Gobierno Nacional logró repatriar a 655 ecuatorianos atrapados en el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, en Europa. “Me mantengo optimista, a mi hija le doy ánimos. Cuando cuelgo lloro”, dice.

Mónica pasó las vacaciones de verano en Ein Hashlosha y tenía previsto volver el 9 de octubre, pero anticipó su viaje por la boda de una prima. “De no ser así, yo habría presenciado esa masacre”, agrega.

A pesar de que la mayoría de habitantes de ese kibutz logró salir con vida, muchos de ellos fueron asesinados por el ejército de Hamás, el grupo guerrillero que se enfrenta con los israelitas. “Conviví con varios miembros de la comunidad y saber que murieron ha sido muy triste”, confiesa Mónica.

EL PLAN ESCAPE PARA COMPATRIOTAS

Por ahora la Cancillería ha activado un canal para los ecuatorianos que necesiten ayuda para salir de ese país. Gonzalo González, viceministro de Relaciones Exteriores, comentó que hasta el momento no hay reportes de fallecidos ecuatorianos en el conflicto.

Además, confirmó que como Estefanía están en Israel 850 compatriotas. “También hay muchos turistas, pero hemos tomado contacto con las empresas turísticas para localizarlos”, dijo.

Aseveró que existe un plan de evacuación con una lista de ecuatorianos que quieren salir. “Hemos tomado contacto telefónico y por redes sociales. El momento que tengamos una fecha tomaremos contacto y ellos decidirán si salen o no”, explicó el funcionario.

Agregó que existe un equipo que está evaluando las rutas de evacuación debido a la delicada situación del país de Medio Oriente. “Me han pedido varios papeles, que por cierto sí tengo. Tuve la precaución de sacar certificados solo para tener y ahora valen oro”, dice. Por ahora espera que luego del peligro Estefanía pueda salir del búnker y volver a hablar con ella hasta que vuelva a Ecuador.

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