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El 12 de octubre, decenas de conductores realizaron una protesta en los accesos al puerto de Guayaquil pidiendo acciones ante la inseguridad.Álex Lima / EXTRA

Ecuador: Crisis en el transporte pesado, se pierden hasta 20 millones al mes por robos

En accesos a puertos y en carreteras ocurren la mayor parte de los asaltos. La ruta Guayaquil - Quito, pasando por Quevedo, es la más peligrosa

Estuvo amarrado y retenido por unos 20 minutos. Pensó que iban a golpearlo, que iba a estar secuestrado por días a cambio de dinero. Sudando y en zozobra no podía pensar en nada bueno. Por suerte, para Raúl (nombre protegido), los delincuentes que quisieron robar el tráiler en el que trabaja desactivaron el rastreo satelital del cabezal, pero no el del contenedor. Eso lo salvó.

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El conductor de transporte pesado, a pesar de su amarga experiencia, podría considerar que tuvo suerte, pues a colegas suyos les han robado el camión, la carga, o ambos, además de raptarlos. El gremio ha sufrido atracos siempre, pero desde hace un año y medio la situación está más complicada.

“Me interceptaron en la subida de la Espol (Escuela Superior Politécnica del Litoral), a las 11:00. Me llevaron con carro y todo, pero como estos carros tienen bloqueo, si se salen de la ruta que es, luego de unos siete o diez minutos se bloquean”, explica al recordar el duro momento que le tocó vivir en el norte de Guayaquil hace doce días. Finalmente, el tráiler se les apagó a los criminales en la vía a la costa, por lo que huyeron. Raúl fue rescatado.

Para los choferes también es peligroso cuando esperan por ingresar a los puertos a descargar mercadería o retirarla. Así lo cuenta Marcos, quien lleva 30 años en esta actividad.

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“Desde que uno se sube al camión está intranquilo, solo se puede sentir en calma cuando se ha entregado la mercadería (…). En la parte norte de la Perimetral quizá es más tranquilo, pero cuando estamos cerca del Trinipuerto empieza el calvario. Los malandrines se quieren subir, tenemos que llevar la ventana de la derecha arriba y cargar monedas para darles, porque si no se nos cargan”, cuenta.

En los ingresos a los puertos, algunos robos suelen darse por las ventanas abiertas.MIGUEL CANALES / EXTRA

Él suele llevar cinco dólares, o a veces más, para entregarle a los criminales y evitar que le roben. También comenta que uno que otro colega más indignado de repente saca un bate para defenderse, pero igual es complicado reaccionar.

“No podemos salir a defender a un compañero porque los pillos andan armados y uno de todas maneras tiene que ir casi todos los días, ya nos conocen”, explica.

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En una ocasión, cuando estaba de viaje hacia otra provincia, lo interceptaron, lo tuvieron amarrado dos horas y se le llevaron la mercadería. Su vivencia adversa refleja que los asaltos también ocurren en el trayecto a otras ciudades.

Renuncias de conductores y que los que aún trabajan lo hagan en zozobra, desmotivados y con temor es otro efecto de la inseguridad, señala el dueño de una empresa de transporte.

  • ¿Qué piden?

El jueves 12 de octubre de 2023, decenas de conductores realizaron un plantón en los accesos al puerto marítimo, en el sur de Guayaquil. Con carteles y gritos pidieron que las autoridades dispongan medidas para evitar que sean víctimas de asaltos en sus rutas.

El perjuicio que padecen va más allá del susto y es millonario. “Estimamos que las pérdidas oscilan entre 10 y 20 millones de dólares mensuales”, recalca Luis Felipe Vizcaíno, presidente de la Federación Nacional de Transporte Pesado del Ecuador (Fenatrape). Esos valores tienen que ver con el robo de los vehículos, mercadería y afectaciones en la operatividad por esas causas.

Las aseguradoras ya no nos quieren asegurar ni los camiones ni la carga, han subido las tasas porque los robos han tenido aumentos”, lamenta. Actualmente pagan de póliza el 3,6 % del valor del vehículo, cuando antes ese porcentaje era del 2,3%.

Por estas situaciones, según el dirigente, la Fenatrape ha tenido reuniones con autoridades gubernamentales y ha planteado algunas acciones para mitigar los efectos de la delincuencia. Son seis puntos que consideran vitales para cumplir ese objetivo.

El primero es que exista un control militar en las vías de acceso a los puertos. Lo segundo es que también haya un control en la vía Guayaquil - Quevedo - Santo Domingo de los Tsáchilas - Quito, a la que consideran actualmente como la de mayor riesgo de asaltos, aunque hay otras rutas de alta peligrosidad.

La tercera petición es que, de la mano con el planteamiento anterior, haya la activación de policías en las carreteras. Lo siguiente es que se construyan zonas de estacionamiento y descanso seguras en las vías. Asimismo, que se establezca comunicación mediante aplicaciones entre transportistas y la Policía. Finalmente, instan a que se implemente un sistema de transporte seguro en las unidades.

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Según informa el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, se han integrado mesas de seguridad con varias entidades del Estado, en las cuales se han tratado tres puntos claves: “avanzamos en el plan de militarizar las zonas más vulnerables del país, identificamos a la Isla Trinitaria como un sitio de alto riesgo para el gremio, trabajamos en la estructuración de la hoja de ruta para el establecimiento del Plan de Transporte Seguro”.

El 18 de octubre, durante el anuncio de que se construirá un cuartel para control antidrogas en el puerto de Guayaquil, Juan Zapata, ministro del Interior, ratificó que se han realizado mesas de trabajo y seguridad para atender lo que exigen los choferes.

  • Mejor los furgones

La contaminación de contenedores con alcaloides es otra preocupación de los transportistas. Raúl y Marcos revelan que muchos compañeros se han retirado porque “nadie quiere saber nada de los puertos, prefieren ir a trabajar en furgones. Si un contenedor se contamina, el primero que ‘marcha’ es el chofer, sin saber leer ni escribir”, detalla Raúl.

Vizcaíno recalca que hasta los primeros días de noviembre, lo urgente es que al menos ya estén en marcha los controles en los accesos de los puertos y en las carreteras del país. Eso les daría algo de alivio, pues “la situación es grave”.

  • Convoyes con custodia

Para el consultor y experto en seguridad Mario Pazmiño, una de las medidas ante esta ola de robos a los transportes pesados es que se implementen convoyes de protección que garanticen una custodia de los camiones en las rutas.

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“Esa sería una solución temporal, un dispositivo militar o policial de acompañamiento al convoy que va transportando productos y diferentes mercancías. Lo que hay que hacer es reunir un grupo de 50 o 100 vehículos y que se trasladen bajo protección”, explica.

"No debe haber solo soluciones policiales, hay una afectación a la seguridad nacional y deben intervenir las Fuerzas Armadas".Mario Pazmiño, consultor y experto en seguridad.

Otra de sus sugerencias es hacer retenes en carreteras para seguir despejando esas zonas en las que se dan permanentes asaltos. Esto va de la mano con la ejecución de patrullajes en las vías interprovinciales, pero también, al igual que el pedido del gremio, en las zonas de acceso a los puertos, refiere.

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