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¡Una 'manito de ángel' contra el coronavirus!
Dos doctoras de esta casa de salud crearon una terapia física y motivacional para las personas que superaron la enfermedad
Parece un campamento para preparativos de una guerra, pero no lo es. Las carpas militares, ubicadas frente al Hospital IESS Quito Sur, albergan a pacientes con COVID-19 y no soldados. No hay tanques de combate, sino de oxígeno. Y las armas de fuego se convirtieron en mascarillas.
Entre tanta trinchera antivirus camina la ‘comandante’ Viviana Hungría, una cirujana uróloga que dejó momentáneamente a sus pacientes y el quirófano para atender a los enfermos por esta pandemia.
Ella es la encargada de dar terapia física y motivacional a quienes superaron la enfermedad y están a punto de recibir el alta. Especialmente a aquellos que pasaron por las áreas de hospitalización y las de Cuidados Intensivos (UCI).
Su ‘misión de guerra’ es que las personas recuperen el funcionamiento de sus pulmones, ganen un poco de masa muscular y mejoren el movimiento de sus articulaciones, que durante su estadía en la casa de salud se deterioraron. “Sin eso sus cuadros podrían empeorar y regresarían al hospital”.
REALIDADES
Andrés Paredes es un ejemplo de aquello. El hombre, de 41 años, estuvo 28 días internado. Pasó por hospitalización, UCI y cuidados críticos. Casi lo intubaron.
Cuando fue derivado a las carpas militares llegó con una afectación del 80 % de sus pulmones. No podía respirar bien. Se cansaba con facilidad. No tenía fuerzas para caminar.
Sin embargo, la ‘comandante’ Hungría le levantó el ánimo en la ‘trinchera post-COVID’. La doctora también debió aprender a ser psicóloga para que sus pacientes no decaigan.
Aprovechó su voz como instrumento para curar emocionalmente a los enfermos. “Les canto canciones de Julio Jaramillo para que se tranquilicen y se motiven”, cuenta.
Esto junto a los ejercicios físicos ayudaron a Paredes a permanecer ocho días en las carpas militares antes de recibir el alta, a pesar de que le pronosticaron 15 días.
Paola Cevallos es otra doctora que siendo especialista en pediatría ha tenido que dejar sus funciones para atender a los combatientes del ‘bicho’.
Ella y Hungría inician sus labores a las 07:00. Dividen dos grupos de pacientes para trabajar con ellos cada una. Los primeros ejercicios son de respiración, duran media hora. Luego vienen estiramientos para que mejoren las articulaciones y finalmente terminan con un trote por el parqueadero para incrementar músculo.
Diariamente atienden a 70 pacientes de los cuales 30 reciben el alta. Esta casa de salud continúa saturada su ocupación. 47 personas esperan un espacio en hospitalización y 81 en Cuidados Intensivos.
EN OTRAS CASAS DE SALUD
En el Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM), en el centro de la capital, hubo una ligera disminución en los espacios de hospitalización que atienden a pacientes con coronavirus. Del total de 95 camas, 92 están ocupadas. Sin embargo, las áreas UCI continúan al 100 %.