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¡Clavada al más allá!
Un hombre se arrojó de un puente peatonal, en la mariscal Sucre, norte de Quito. Un testigo lo vio triste mientras meditaba la decisión.
Danilo Arias se detuvo en un tramo del puente peatonal, subió las mallas metálicas y se arrojó como a una piscina. Solo que no cayó en el agua, sino en el pavimento de la avenida Mariscal Sucre, cerca de la Legarda, norte de Quito.
Aquel clavado ocurrió a las 07:15 de ayer, a pocos metros del semáforo donde trabajaban limpiaparabrisas y otros comerciantes informales.
“No se pudo hacer nada por el señor, porque murió inmediatamente”, relató Moisés Araujo, venezolano que vende flores en esa intersección. Ayer él conversaba con un amigo cuando vio a Arias parado sobre el viaducto, 15 minutos antes de la desgracia.
El semblante de aquel hombre era de alguien triste, según el extranjero, quien observó el instante en el que se lanzó con su cabeza en dirección al piso. Por eso la muerte fue fulminante, ya que el golpe le destrozó el cráneo. “Se partió también la pierna derecha”, relató el testigo, todavía asombrado.
Lloraron su partida
La gente se aglomeró en las gradas del puente y en el parterre central para ver al cadáver cubierto con una manta azul.
“Estaba trabajando cuando escuché un fuerte golpe”, contó Antonio Guzmán, un limpiaparabrisas venezolano. Pensó que se trataba de un accidente de tránsito, pero no hubo vehículos chocados en ese sitio. En lugar de eso vio el cuerpo tendido por lo que corrió a ayudarlo.
Cuando el cuerpo de la víctima fue levantado, una mujer se acercó a los policías que indagaban el caso. Le mostraron una fotografía del ciudadano y su llanto confirmó la desgracia: Arias era su pariente.
Otra mujer se acercó para consolarla y ambas se abrazaron. Entretanto, la allegada le informó a los agentes que el fallecido no tenía ningún problema.