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Algunos de los detenidos registran antecedentes penales.RENE FRAGA

Los ‘chasquis’ del robo fueron detenidos en Quito

La mayoría de sus integrantes son parientes. Atracaban a la gente y se pasaban lo robado en cadena, como postas, para despistar a la Policía

Las madres de los detenidos les daban la bendición mientras los policías los subían al bus para llevarlos a la Unidad de Flagrancia y procesarlos por el delito de robo.

Lloraban, se lanzaban besos volados e incluso les prometían que los sacarían pronto de ‘cana’ si los llegan a declarar culpables.

La Policía detuvo a 13 personas, quienes formarían parte de una organización delictiva dedicada a arranchar las pertenencias de los transeúntes y pasajeros que viajan en el transporte público, en el Centro Histórico de la capital.

La banda estaba conformada por ocho hombres y cinco mujeres, la mayoría integrantes de una sola familia, quienes también tendrían antecedentes penales por tentativa de asesinato, robo, asociación ilícita, tenencia de armas y tráfico de estupefacientes.

Robo por postas

Los delincuentes tenían una forma particular de operar que la fueron perfeccionando durante los últimos tres meses, en los cuales la Policía les siguió la pista.

El coronel William Martínez, subdirector nacional de investigación de la Policía Judicial, explicó que los pillos trabajaban en conjunto, como una cadena. Así como llevaban los chasquis de los Incas los mensajes, con la diferencia de que los detenidos corrían con los objetos robados.

Según el oficial, el líder de la organización designaba las funciones a cada uno de los integrantes. Podían ser los ejecutores, campaneros, seguridad o colaboradores.

Por ejemplo, tres sujetos se subían a un bus. Uno de ellos arranchaba el celular a un pasajero y luego lo pasaba a su segundo compinche, quien se bajaba en la próxima parada. El tercero estaba ahí para brindar seguridad o ayudarlos a huir.

El pillo que se bajaba con el objeto robado le entregaba a una mujer, quien generalmente se hacía pasar como comerciante o pasajera que esperaba un bus.

Ella metía el accesorio en una cartera y se lo daba a otra mujer, quien a su vez le llevaba la evidencia al líder de la banda. Este se contactaba con los propietarios de los negocios donde reparan equipos electrónicos. En estos lugares les quitan el chip y borran la información para luego ser ofertados al público como equipos usados.

El coronel añadió que por este motivo también han hecho operativos en centros comerciales, como el Montúfar, y mercados como el de Chiriyacu y Las Cuadras, donde suelen ofrecer estos productos.

Linaje delictivo

Martínez aclaró que es necesaria una reforma en las leyes que permitan sancionar con más gravedad a este tipo de personas y que además les den rehabilitación para que familiares no los imiten. “Si el padre y la madre son detenidos, los hijos generalmente se quedan bajo la tutela de otro pariente, quien está relacionado con delitos o tiene antecedentes”.

En lo que va del año han desarticulado 29 organizaciones. De ellas seis eran conformadas por miembros de la misma familia.

Así se acercaban las mujeres para robar a sus víctimas en el sector de La Marín.Captura de video