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El deseo de Ana es que sus derechos también sean escuchados. Oculta su identidad por miedo a represalias.Cortesía

"Sin carné no hay vida", testimonio de una guayaquileña no vacunada

Ana es una mujer de 35 años que no ha querido inyectarse contra la COVID-19, lo que le ha traído problemas por no tener carné. Estuvo tentada a comprar una credencial falsa

Ana es guayaquileña, tiene 35 años, y desde que empezó la pandemia vive en Quevedo, provincia de Los Ríos. No está inoculada contra la COVID-19. Cree que la decisión de no vacunarse le acarrearía represalias, por eso prefiere el anonimato.

“Desde que inició la pandemia solo me he enfermado una sola vez, fue en el mes de marzo de 2020, solo fueron dos días de síntomas, pero como en ese entonces no habían pruebas para detectar si tenía o no coronavirus, no tengo evidencia de ello”, relata.

No se define como ‘antivacuna’, pues sostiene que se ha aplicado todas (polio, varicela, etcétera), menos la que es contra el Sars-Cov-2.

¿Por qué no lo ha hecho? Porque la considera experimental y asevera que conoce casos de personas que supuestamente han sido afectadas en su salud.

“A uno le empezaron a dar taquicardias; otro me dijo que está presentando achaques desde que se ‘pinchó’, no quiero exponerme”.

Sus alternativas

Le preocupan las medidas que está tomando el COE Nacional, una de ellas la exigencia del carné de vacunación en la transportación interprovincial, la cual entra en vigencia hoy.

Hace dos meses se estrenó de tía, pero le toca perderse el crecimiento del nuevo integrante de su familia, pues su sobrino vive en Guayaquil. “Me tocará pagar un carro particular para que me haga la carrera, pues en bus no podré hacerlo”, indica Ana, quien también confiesa que para abastecerse de comida le toca proveerse del comercio informal y en caso de supermercados debe mandar a alguien para que le haga el favor de comprarle los alimentos.

El incumplimiento de la medida será una multa de 4 salarios básicos a la empresa operadora.Freddy Rodríguez - EXTRA

“Para mí esto es una dictadura sanitaria y están violando mi derecho a la libertad. No nos están tomando en cuenta, es como si no fuéramos parte del Ecuador”, opina la guayaquileña.

Pequeña tentación…

Ana se siente entre la espada y la pared con las disposiciones. “En diciembre del año pasado fui a imprimir unas facturas en un ciber del centro de Quevedo y vi cómo ofrecían los carné de vacunación igualitos a los originales. No voy a mentir, lo pensé, pero luego recordé que debo ser íntegra en mi forma de vida. Alguien debió denunciarlos, pues ya no funciona ese local”.

La persona que falsifique documentos públicos será sancionada con la privación de la libertad de 5 a 7 años. Cuando son documentos privados de 3 a 5 años. La sanción va tanto para el que facilitador como para quien hace uso del documento, según el Código Integral Procesal Penal (COIP).

La mujer asegura que conoce otros casos. “En Guayaquil, unos amigos me dijeron que caminarán o tomarán taxi, porque no los dejarán entrar en la metrovía”, expresa.

Ana espera que la obligatoriedad de la presentación del carné de vacunación, más la cédula de identidad (para evitar el préstamo del documento) se derogue, pues estima que las medidas se endurecen con los no inoculados y no con los que causan aglomeraciones y realizan fiestas clandestinas.

Mientras tanto, ve lejano su visita al Puerto Principal y otros puntos del país, pues desde hoy tiene que presentar el documento que no tiene.

“He solicitado al defensor del Pueblo Nacional que analice el protocolo de la Agencia Nacional de Tránsito, pues a criterio de esta delegación del Guayas se están restringiendo derechos”.Freddy Viejó, Defensor del Pueblo del Guayas
Desde finales del año pasado, en lugares públicos, como los centros comerciales, se pide el carné.Miguel Canales / EXTRA
“No se debe exigir el carné para ingresar a sitios o transportes, pues con esto asumimos que el no vacunado pasa la infección a otro, pero sabemos que el inoculado como no, contagian”.Leonardo López, doctor