Momentos de tensión se vivieron la mañana de este jueves, 24 de abril de 2025, en el sur de Ambato, tras un intento de motín en el Centro de Rehabilitación Social de Mujeres.

La situación obligó a una rápida intervención del Bloque de Seguridad, integrado por militares y policías, quienes lograron retomar el control tras varias horas de disturbios.

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Desde tempranas horas, los uniformados se desplegaron dentro del centro penitenciario para neutralizar una posible revuelta.

Según el reporte policial, en el pabellón 2 se incendiaron colchones y destruyeron puertas durante el alboroto.

Bomberos tardaron 45 minutos para controlar el fuego

El Cuerpo de Bomberos de Ambato recibió la alerta de incendio y, bajo el mando del suboficial Darwin Andrade, acudió de inmediato a controlar la emergencia. Al llegar, constataron la combustión de varios colchones y parte del mobiliario de cama.

Para sofocar las llamas, se utilizó el sistema de presión de agua de la autobomba, que operó durante aproximadamente 45 minutos.

“No se registraron heridos ni daños estructurales de consideración. El fuego fue controlado y se declaró la zona fuera de peligro”, confirmó Andrade.

Identificadas las 'cabecillas '

El coronel Jofre García, jefe de la Subzona de Policía de Tungurahua, mencionó que una vez que se identificaron a quienes estaban alterando el orden, la retiraron de sus pabellones.

Tras el incidente, 11 internas de los pabellones 2 y 3 de mínima seguridad fueron trasladadas al Centro de Detención Provisional.

Además, se incautaron varios objetos prohibidos en las celdas. Entre los artículos decomisados había dos teléfonos celulares, cigarrillos y sustancias sujetas a fiscalización. Todo fue entregado bajo cadena de custodia a las autoridades, según informó el Bloque de Seguridad.

Un día antes ya hubo un operativo

Este intento de motín ocurrió apenas un día después de que la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), en coordinación con la Policía Nacional, ejecutara un operativo de control en el pabellón de mediana seguridad del mismo centro penitenciario, tras una alerta de posible disturbio.

Durante esa intervención se decomisaron 10 teléfonos móviles, 8 chips de distintas operadoras, 20 cigarrillos, una pipa, un auricular, cables USB, un cargador, dos destornilladores y hasta un martillo, utilizado como arma contundente.

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Ante estos hechos, los comerciantes del sector expresaron su preocupación. “Pensábamos que con el cambio a mujeres todo iba a estar más tranquilo, pero ahora nos damos cuenta de que los problemas continúan”, comentó Segundo Peña, dueño de una tienda ubicada cerca del penal.

Otros vecinos temen que estos episodios violentos se repitan, afecten sus ventas o pongan en riesgo su seguridad.

El coronel aseguró que el Bloque de Seguridad mantiene el control de la cárcel y que continuarán los operativos de control de manera permanente, garantizando el respeto a los derechos humanos y la seguridad tanto del personal como de las personas privadas de libertad.

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