Para nadie es un misterio que las mujeres marcan una gran diferencia económica en los hogares. Asimismo, han ido transformando y dejando en la percha a las obligaciones de amas de casa -con las que se las estereotipaba- para, además de eso, ocuparse de un empleo y tener una profesión que le garantice que con eso puedan aportar y ser el pilar fundamental para su familia.

Y es que por conmemorarse este 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, EXTRA recoge algunos testimonios de varias féminas desempleadas, casadas con hijos, solteras sin 'bendiciones', quienes cuentan cómo son las peripecias que a diario deben afrontar en un Ecuador que todavía vive la desigualdad de género.

Daysi Castillo, madre de cuatro varones, confiesa que se las tiene que ver "duro y feo" para 'parar la olla' y darle de comer a sus hijos. Comentó, además, que con la separación de su esposo, la cosa se 'pintó color de hormiga'. 

"Es muy difícil prosperar cuando no hay apoyo. Tengo que vérmelas para que mis hijos estudien y no les falte el alimento con unos trabajitos que hago. Aunque me separé en malos términos, hago lo imposible para que ellos tengan una buena imagen de su papá, pero eso no quiere decir que sufra en silencio", expresa Daysi, quien por temas económico no concluyó sus estudios de bachillerato.

Por ley, su esposo debe pasarle una mensualidad, dinero que "no alcanza para nada", según Tapia. Pero no le ve 'la quinta pata al gato' y hace reproducir ese billete con el que llega 'viva' al fin de mes. 

"Recibo menos de $300, y créame no alcanza. Hago malabares para que mis hijos tengan una buena educación, estén sanitos y tengan lo necesario para sus estudios. Lo más importante: les enseño a apreciar lo que hago para que en un futuro sepan valorar a una mujer", dice la señora de 45 años que es parte de la estadística del 22% del subempleo femenino, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC) en conjunto con el Banco Central y la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo.

Sin embargo, la institución, con corte a marzo de 2021, también muestra que un 25 % de las mujeres a nivel nacional tienen un empleo adecuado. Y en ese lado se encuentra Carolina Benavides, una chef que, como la mayoría de las mujeres, sufre de desigualdad laboral. Sostiene a este diario que "no importa lo profesional que sea y la 'magia' que haga, siempre va a estar por debajo de sus compañeros de trabajo".

"Amo lo que hago y con eso apoyo a mi esposo para salir adelante. Pero lo que sí no aguanto es que como mujeres no tengamos las mismas garantías que los hombres, por ejemplo, un salario equitativo", demanda la guayaquileña de 28 años.

Carolina detalla que para 'sobrevivir' el mes deben comer (desayuno, almuerzo y merienda) con menos de 15 dólares. En educación, por sus tres hijos, invierte cerca de 200 dólares mensuales. En salud, básicamente, dice que no tienen ahorro porque deben pagar el alquiler de la casa donde viven, así que no lo tienen contemplado y "sacamos de donde sea cuando alguien se enferma".

Acorde a Eliecer Campos, PHD experto en finanzas, las mujeres bien pueden ser un 'Ministro de Finanzas' de cualquier país porque hacen alcanzar la plata y hasta son capaces de tener un mínimo ahorro sin contar con grandes sumas de dinero. 

"La mujeres en general tienen esa particularidad de ser más ahorrativas que los hombres. La mujer y su rol en la economía familiar y personal ha cambiando mucho que hasta en los negocios tienen un olfato más desarrollo que los mismos hombres", señala.

El experto cree que la mayoría de las mujeres son unas 'duras' en las finanzas porque ya tienen incorporado el 'bichito' del ahorro, ya que aprenden a hacer un presupuesto. "Por ejemplo, ellas saben cuánto ingresa y gastan en casa porque anotan los egresos, como alimentación, tasas de matrícula, honorarios del médico, etc.", dice.

Según el entendido, esa virtud de las mujeres se debe a que después de saber cómo ha estado gastando su presupuesto mensual, hacen una lista de todos los artículos que son absolutamente necesarios para cada mes. De esta manera ayudan a sus familias a mantener el punto de equilibrio en el hogar.