La madrugada de este viernes 27 de diciembre, un joven pescador de apenas 17 años, salió del muelle de San Mateo, en la parroquia urbana de Manta, provincia de Manabí, con el propósito de llevar sustento a su familia. Sin embargo, su jornada terminó en tragedia cuando la embarcación en la que navegaba sufrió un varamiento causado por el fuerte oleaje y las ráfagas de viento.

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Mientras navegaba junto a otro pescador, la lancha volcó y dejó al joven desaparecido en el océano. Su compañero de faena fue rescatado por la Brigada de Rescate Acuático, pero él no logró salir a flote.

Este lamentable hecho ocurre apenas unas horas después de otro trágico accidente marítimo en las mismas aguas. La noche del jueves 26 de diciembre, Ernesto Toro, otro pescador de la zona, desapareció cuando la lancha en la que viajaba junto a dos colegas se viró frente al puerto de Manta. Sus compañeros lograron ser rescatados con vida, pero Ernesto no ha sido encontrado hasta ahora.

Mar agitado, según datos del Inocar

El Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar) había emitido previamente una alerta por las peligrosas condiciones marítimas en la costa continental ecuatoriana, advirtiendo de un “mar agitado” y recomendando extremar precauciones para quienes realizan actividades en el mar.

Mientras continúa la búsqueda de Jeremías y Ernesto, las comunidades pesqueras de San Mateo y Manta se mantienen en incertidumbre. A esto se suma la tragedia del barco Patricia Lynn el en cual navegaban 21 pescadores que continúan desaparecidos.

Estos casos son un recordatorio de los riesgos que enfrentan diariamente quienes dependen del océano para su sustento y la necesidad de medidas que garanticen su seguridad.

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