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Quevedo: Las secuelas que está dejando la inseguridad
Presidente de la Cámara de Comercio dice que ha perdido el 33 % de sus afiliados porque estos cerraron sus locales por los continuos delitos
La inseguridad está ganando terreno en Quevedo, provincia de Los Ríos. Antes de las festividades de diciembre, Francisco (nombre protegido) decidió irse de esta ciudad y del país. Se fue con la esperanza de tener días mejores para poder llevarse a su familia.
Este ingeniero en Marketing, quien gustaba de los gallos y tenía una empresa de publicidad, llevaba una vida normal con sus seres queridos, pero una llamada y unos mensajes cambiaron su rutina, pues extorsionadores le exigieron un depósito de 5 mil dólares.
En primera instancia él no tomó en cuenta esa exigencia, pero luego, tras más de 15 mensajes que prácticamente contenían una radiografía de su vida y de todo lo que hacía, no le quedó de otra que poner asunto a la situación.
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Lo peor le ocurrió la noche del 4 de noviembre de 2023: intentaron interceptarlo cuando viajaba en su camioneta. Él se armó de valor y pudo evadir a los sospechosos. Al siguiente día denunció el hecho y lo que más le llamó la atención es que le enviaron mensajes diciendo que ya sabían lo que estaba haciendo.
Con el temor de que en Quevedo pudieran secuestrar a sus familiares, Francisco juntó dinero y optó por irse del país.
- PREOCUPACIÓN POR DEUDA
Unas amenazas similares recibió una comerciante de ropa que tenía su negocio en la parroquia 24 de Mayo. Las denominadas ‘vacunas’ llevaron a la señora a cerrar las puertas de su local y por su cabeza también se le cruzó la idea de irse de la ciudad.
Nerviosa porque la mala experiencia está latente, la mujer refería que tenía una inversión de 15 mil dólares y el problema de cómo solventar las deudas es lo que más le preocupa.
- SE VAN POR EL HAMPA
Francisco y la comerciante perjudicada por las ‘vacunas’ no son los únicos que han cerrado sus negocios. Este fenómeno se ha venido registrando en las últimas semanas en esta localidad riosense por diferentes situaciones, pero todas relacionadas con la inseguridad.
Algunos ya no soportaron el alto índice delictivo que se vive en la otrora pujante urbe, donde los secuestros se dan a cualquier hora y los crímenes también los tienen ‘con los pelos de punta’. A diario se viralizan videos captados por cámaras de seguridad en los que se aprecian secuestros o intentos de raptos.
En la parroquia San Camilo, una de las más pobladas de la denominada Ciudad del Río, dos personas estuvieron a punto de ser plagiadas hace pocos días.
Uno de los que se salvó fue Juan (nombre protegido), propietario de una tienda, a quien unos sujetos sorprendieron a plena luz del día. Según quedó grabado en vídeo, los antisociales se metieron al local, agarraron al comerciante y lo arrastraron hasta una camioneta blanca que esperaba, pero él luchó para evitarlo.
En las imágenes se observa que hubo la intervención de moradores, quienes hicieron bulla. Eso provocó que los secuestradores se fueran y dejaran al hombre, aunque con varios golpes. Según se supo, el afectado no denunció por la desconfianza en la policía y optó por dejar la ciudad.
Después, a unas 15 cuadras de la tienda de Juan, en la misma avenida José Joaquín de Olmedo, en San Camilo, ocurrió algo parecido. En otro comercio, un encargado del local también fue agredido por unos individuos y cuando estaban a punto de llevárselo, un pariente se aferró a este y así logró evitar el rapto. Esta familia también decidió irse de Quevedo.
Pero, el caso más reciente es el de Freddy Javier Litardo, dueño de un comercial en la calle, quien fue embarcado a la fuerza en un carro, la noche del miércoles 27 de diciembre.
- DESEMPLEO Y CRISIS ECONÓMICA
El presidente de la Cámara de Comercio de Quevedo, Marco Franco, lamentó que la entidad perdiera un 33% de afiliados porque les ha tocado cerrar sus locales, a causa de la creciente ola de inseguridad.
Franco refirió que los miembros de la pequeña empresa, como negocios de comidas y restaurantes, han tenido problemas por la falta de circulante y eso ha hecho que la economía esté por los suelos. El cierre de algunos negocios ha conllevado a que varias personas queden desempleadas, según precisa el titular de la Cámara de Comercio local.
El representante de los comerciantes sostuvo que algunas víctimas de secuestro pagaron altas cantidades de dinero para obtener su libertad. Y según sabe, tras el horror que vivieron, decidieron abandonar la localidad.
- SECTORES QUE DAN MIEDO
Las bandas delictivas han sembrado tanto miedo que hay sectores en Quevedo a los que no se puede ingresar a cualquier hora. Muchos optan por llegar a sus casas temprano y encerrarse.
En sectores populosos como Gritos de Libertad, Playa Grande, 21 de Enero, Galo Plaza y El Desquite el pánico se mantiene latente. En estos barrios es más notorio que en algunas casas ya nadie entra ni sale. Incluso, comentan que no las ponen en alquiler por temor a que grupos delincuenciales se apoderen de sus viviendas.
No hay un cálculo que cuántas personas o familias han abandonado la Ciudad del Río, porque muchos prefieren callar. Esta realidad entristece a quienes se quedan.
El nuevo jefe local de la Policía, Henry Coral, manifestó que efectivamente en la ciudad hay un problema evidente, pero señaló que como medida de seguridad, la ciudadanía debe autoprotegerse, no hacer públicas sus actividades ni negocios y en caso de ser víctimas de secuestro o extorsiones, denunciar y no negociar con los delincuentes.
- UNA DEPURACIÓN
Félix Lozano, experto en Seguridad y exagente de Inteligencia del Ejército, considera que no hay una solución inmediata.
“El sistema de impunidad conlleva a que la delincuencia, el crimen organizado y narcotráfico se incrementen. Es fácil encontrar a policías involucrados en hechos delictivos, a fiscales que favorecen a criminales y jueces que los liberan. Esos tres entes importantes, encargados de la seguridad, no están cumpliendo su trabajo y estamos expuestos a lo que dispongan las mafias”, sostiene.
Según Lozano, debería realizarse la “depuración del personal uniformado”, desde la familia. Si alguien tiene bienes que no estén de acuerdo con sus ingresos, hay algo chueco.
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