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El hijo de Bella, la 'resucitada', volvió a dormir frente al hospital de Babahoyo
Aunque su madre ya descansa en el cementerio, el hombre vivió una noche como si ella estuviera aún internada. Pide ayuda para trabajar
“No me siento muy bien, estoy destrozado. Me vine a dormir en los exteriores del hospital para recordar a mi mamita”. Así Gilber Barbera enfrentó la primera noche sin su progenitora, Bella Montoya, la mujer de 67 años que murió ‘dos veces’ en el cantón Babahoyo, provincia de Los Ríos.
La tarde del sábado 17 de junio de 2023 le dieron el último y definitivo adiós a la adulta mayor, cuyos restos fueron conducidos hasta el Cementerio General de Babahoyo.
A cada paso Gilber derramaba una lágrima, mientras dos primas lo sostenían de ambos brazos. “Se ha ido mi mamita. Ella sufrió bastante y ahora está en un mejor lugar”, declaró el hombre.
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Al sepelio de la mujer, que fue protagonista de un hecho de connotación mundial, acudieron menos de 20 personas. Eran familiares y amigos cercanos de Gilber, quienes también estuvieron en el velorio que se desarrolló en la calle Olmedo, entre 5 de Junio y García Moreno.
Bella fue sepultada en una bóveda prestada por cinco años y antes de que la cerraran, Gilber encendió unas velas a su mamá y le pidió protección. “Le dije que me cuide, porque no sé qué hacer o a dónde ir”.
Después del entierro, el hombre se fue donde unos amigos y luego al departamento donde vivía para darse un baño.
“Yo la extraño mucho. Nunca la voy a olvidar porque nosotros desayunábamos juntos un café con pan, queso y mortadela. De ahí yo salía a buscar un pollito o lenteja para hacer un caldo. Todo lo que le preparaba, ella se lo comía”, recordó Gilber y remarcó: “Me quedé ‘guácharo’ (huérfano)”.
A las 20:20 del sábado 17 de junio, Barbera volvió a los exteriores del Hospital Martín Icaza, donde durante una semana estuvo esperando noticias de su mamá. En el mismo lugar de siempre extendió su colchoneta y se acostó, imaginando que en cualquier momento lo llamarían los guardias como de costumbre.
A las 06:09 de este domingo 18 de junio despertó de aquel sueño profundo y entendió que su mamá ya no estaba en el hospital, sino en el cementerio. “Recuerdo que cuando ella era enfermera, me dejaba dormido en el área de los recién nacidos”, mencionó el hijo, que se siente desorientado.
Un amigo que lo encontró frente al área de emergencia le obsequió unos zapatos negros. También le regalaron ropa de luto para que se cambie con frecuencia. Gilber está agradecido, pero espera que lo ayuden a emprender en alguna actividad para sostenerse.
- QUIERE UN TRICICLO PARA TRABAJAR
Gilber Barbera está solo y pide que lo ayuden con un triciclo para empezar a trabajar. Tras el deceso de su mamá, se siente desamparado. También busca la posibilidad de que el Ministerio de Inclusión (MIES) analice su condición y le otorgue un bono.
Entre tanto, busca un lugar donde pernoctar porque no quiere volver al departamento donde vivía con su mamá. “Se me vienen pensamientos malos... No soporto estar ahí porque mi mamita va a recoger sus pasos”, aseguró.
Este lunes 19 de junio, Gilber volverá a inscribir a su mamá como fallecida en el Registro Civil. Aún no sabe si irse de Babahoyo por algún tiempo hasta recuperarse de la pérdida de su progenitora.
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