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Ambato: Comuneros cuidan los páramos para conservar el agua
La sequía motiva a adoptar la medida. El Gobierno Provincial y el Fondo de Páramos trabaja con 60 organizaciones
“Los páramos son la vida misma”. Con esa reflexión, Vicente Chato recalca la importancia de su cuidado. Preservarlos se vuelve aún más apremiante en tiempos de sequía, por lo cual mantiene un plan para protegerlos.
El trabajo empezó en 2006 y en la actualidad más comunidades se han sumado, al ver que los páramos estaban áridos. En 2008 se creó el Fondo de Manejo de Páramos Tungurahua, integrado por el Gobierno Provincial, movimientos indígenas y campesinos, Empresa Eléctrica, Empresa Municipal del Agua y municipios, con un presupuesto de 2’500.000 dólares, destinados a proyectos en comunidades.
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En la provincia de Tungurahua existen 136.797 hectáreas de páramo, de las cuales 91.969 están protegidas mediante el régimen de conservación en el marco del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), en los parques nacionales Llanganates y Sangay y en la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo. Las 44.827 hectáreas restantes son de propiedad privada o comunitaria que impulsa el fondo a seguir protegiendo..
Carlos Tabares, director de Recursos Hídricos y Conservación Ambiental, mencionó que al menos se requieren 30 mil hectáreas de páramo para conservar y dotar el agua sin problemas, pero han tenido inconvenientes en ciertas comunidades y por eso buscan comprar el páramo, para cuidarlo. La compra esperan realizarla en 2025. Quienes fijarían el precio son los dueños de las comunidades o asociaciones.
Medidas para cuidar el páramo
El cuidado de los páramos consiste en no permitir presencia de animales como vacas o cerdos, ni tener cultivos a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar. En la actualidad trabajan con 60 comunidades indígenas y campesinas, con convenios sustentables para que cedan la franja del páramo y a cambio les ofrecen otros proyectos.
Humberto Matear, dirigente de Pilahuín, mencionó que, incluso, para que los comuneros respeten la franja agrícola del páramo tuvieron que imponer sanciones severas con multas o sacrificio de los animales.
Tampoco permiten que quemen los pajonales, porque la recuperación no es rápida. Por ejemplo, en Pilahuín, lograron aumentar el caudal del agua de 12 litros por segundo a 45 en zonas devastadas, pero después de ocho años de trabajo.
Tungurahua es pionera en el cuidado de los páramos y en menos de dos años también busca generar energía eléctrica desde los dos embalses Chiquiurco y Mulacorral para abastecer a la provincia y así no sufrir por los racionamientos de luz, mencionó Manuel Caizabanda, prefecto.
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