El último derrame de petróleo en Quinindé, provincia de Esmeraldas, el 13 de marzo de 2025, dejó una marca indeleble en la vida de muchos de sus habitantes. Contaminó el río Esmeraldas, afectó el ecosistema, pero también ha movilizado a las personas solidarias.

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El derrame del crudo fue una muestra de la vulnerabilidad de las comunidades que habitan cerca de los ríos. En las parroquias rurales de Chinca y San Mateo, muchas familias dependen del afluente para sus actividades diarias, desde el consumo de agua hasta la pesca, su principal fuente de ingresos, mas con la contaminación, la situación se volvió crítica.

En medio de este desastre, Luis Joniel Bone Quiñónez, conocido como Luis Bone Solidario, activista social de 21 años, se ha propuesto dar la mano a moradores que habitan cerca de los ríos. Él, quien ha sufrido en carne propia la adversidad tras el terremoto de 2016, que destruyó su hogar, decidió ayudar ante la crisis.

Primeros pasos en la ayuda humanitaria

A través de contactos, se puso en marcha para llegar a quienes más necesitan. Su primera acción fue acudir a la Fundación Raíz Caemba, entidad que donó 65 tanques de agua plástica y él los repartió entre las familias afectadas de las parroquias Chinca y San Mateo.

Este sábado 5 de abril, Luis y su equipo se dirigieron a las comunidades afectadas y cuando comenzaron a entregar los tanques, recibió sonrisas de los beneficiarios. "Estos tanques significan mucho para nosotros. Sin agua, no podemos vivir", decía Nancy Bolaños, madre de familia, mientras abrazaba a su hijo.

Pero Luis Bone no se detuvo ahí. Reconociendo que la situación era aún más grave, decidió llevar piñas a las comunidades de Atacames. "La comida es esencial, y aunque no es mucho, es una forma de seguir apoyando a quienes están pasando por momentos difíciles", explica.

Luis ha demostrado que la solidaridad no se mide solo en grandes acciones, sino también en pequeños gestos que pueden marcar una gran diferencia en la vida de las personas. Su enfoque en las parroquias de Chinca y San Mateo no fue casualidad; él ha estado trabajando en estas comunidades durante años, creando lazos de confianza que ahora son fundamentales para la ayuda.

La entrega de tanques de agua y alimentos es solo el comienzo. Luis Bone ha sembrado la semilla de la solidaridad en su comunidad.

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