Estamos hoy en el primer día del 2018 luego de un año que los ecuatorianos hemos transcurrido en medio de intensas actividades políticas dentro de las cuales se dio el cambio de gobierno, luego de unas muy peleadas elecciones con reclamos por parte del sector que respaldó a la candidatura derrotada, y con la sorpresa de que el nuevo primer mandatario asumió una praxis administrativa diferente a su antecesor, a quien incluso calificó con muy agresivos adjetivos, y la revelación de todo un sistema de corrupción en los sectores estratégicos, que estuvieron a cargo del reelegido vicepresidente de la República, ya enjuiciado y sancionado con 6 años de cárcel y con la pérdida de su alto cargo por abandono de funciones y, la severa resolución de la Contraloría, esperándose además el juicio político que le toca cumplir a la Asamblea, según las disposiciones.

Sin embargo, de toda esta problemática nacional, a la que se suman las expectativas económicas por la muy gravosa deuda que tiene que pagar el Estado por los compromisos adquiridos en los 10 años del régimen anterior, el colectivo ecuatoriano no abandona su optimismo con la seguridad de que los problemas se irán resolviendo con las oportunas medidas que se deben tomar desde el Poder.