Altiva y bella como siempre, Guayaquil, la Perla del Pacífico, celebra hoy sus 204 años de independencia con mucho fervor y alegría, pero también con mucha pena y angustia por el terrible momento de inseguridad que enfrenta.

Y es que pese a los incesantes golpes que recibe esta pujante ciudad, cuna del comercio en el país, su gente no deja de ser resiliente en la adversidad, alegre, ‘entradora’, amable, solidaria, trabajadora.

Los apagones no oscurecen para nada el ímpetu progresista del ‘guayaco’, que encuentra en cada esquina, en cualquier huequito o espacio una oportunidad para levantar su negocito y demostrar que aquel nacido en esta tierra o todo el que haya hecho de esta su ‘patria pequeña’ no se queda ante nada. Con el guayaco ‘no hay paro’, dirían en la calle.

Hoy es un buen día para gritar a viva voz: ¡Levántate, Guayaquil! Que en tus barrios vuelvan a brillar la buena vecindad, en tus calles la peloteada de los panas, las conversaciones de los amigos en las esquinas sin temor a ser víctimas de la delincuencia. Solos no lo podemos hacer, claro está, pues se necesita que las autoridades hagan el máximo esfuerzo e inviertan recursos para devolvernos la paz. Así que, ¡levántate, Guayaquil, que tú puedes!