A SOLO UNA semana de la Nochebuena y la Navidad, el panorama general no tiene nada de moderado en el país. Por un lado está la esperada condena contra el vicepresidente Jorge Glas, y por otro lado la salida del considerado “hombre fuerte” del régimen, Eduardo Mangas, nicaragüense nacionalizado, quien intimó con el ahora presidente Lenín Moreno cuando ambos estaban en Ginebra, Suiza, cumpliendo labores diferentes. A Mangas, sin duda, “se le fue la lengua” como se dice, y no le quedó más remedio que librar a su amigo de las consecuencias políticas que se veían venir. Además, el veto presidencial a la Ley de Reactivación Económica no fue total, como esperaban los directivos de las cámaras de la Producción, sino solo parcial. Lenín anunció recién que busca defender la dolarización, generar más empleo y garantizar calidad de los servicios sociales. Y para apaciguar las cosas prefirió viajar a Ciudad del Vaticano y pedir la bendición del papa Francisco, además de otras visitas en Europa.

POR OTRA PARTE, los empresarios del país saben que las grandes ventas de la mejor temporada del año (la navideña) se complica en los últimos tiempos, no solo por la crisis económica en que nos dejó la larga era de Correa con multimillonarias deudas que aparecen cada día sin señales de rehabilitarse, sino porque al surgir las atractivas gangas del Black Friday, Black Weekend y Cybermonday muchos clientes aprovechan esos días, pero bajan las compras navideñas. Así de sencillo...