Cada 15 minutos cae un norteamericano por armas de fuego, un promedio de 35 mil muertes por año, sin contar con los suicidios ni los heridos ya que 8 de cada 10 adultos poseen un arma en Estados Unidos, porque se las puede comprar a la vuelta de la esquina en un macabro negocio que mueve 15 mil millones de dólares al año. El negocio tiene grandes defensores como la Asociación Nacional del Rifle, es la organización que más gasta en campañas políticas y que más influencia tiene en el Congreso norteamericano con congresistas a quienes les “compraron” el escaño, para que defiendan el negocio.

Estos tiroteos permanentes han hecho que el expresidente Obama diga que “ Los ciudadanos parecen haberse acostumbrado a que estos hechos formen parte de su vida cotidiana”. Y, como siempre, los pobres pagan mayormente las consecuencias, ya que la violencia armada está en sus barrios, y aunque solo son el 13 % ,15 de cada 30 estadounidenses asesinados con armas cada día, son negros.

Con todo controlado y hasta comprado muy poco es lo que algunos demócratas y organizaciones por el control de armas pueden hacer. Según las encuestas la mayoría de los norteamericanos apoyan leyes por un mayor control de armas, pero no se movilizan para conseguirlo, y este negocio que carcome al país por dentro, sigue con su sencilla estrategia: propagar más miedo para que la gente se anime a comprar más armas.