Me refiero a lo que pasa en esta ciudad, con calores tan fuertes que “queman” cualquier cabeza y motivan que “se quemen” los pensamientos y “derritan” el entusiasmo y los proyectos que se tengan. Y noches frías poco comunes.

Aquí tenemos 2 estaciones climáticas: La seca que llamamos verano y la lluviosa conocida como invierno.

Pero el mundo anda “medio loco” con tantas variedades de clima, con tormentas de todo tipo en Asia, calores en África y alrededores e irregularidades en América.

En nuestro país, siempre hay alertas para que las personas se cuiden si intentan meterse al mar para un buen baño, y aconsejan no alejarse de la playa. En la serranía están cayendo aguaceros que destrozan laderas y afectan carreteras con las consecuencias trágicas que eso representa. Vientos huracanados que motivan que los choferes se olviden de la prudencia y, en lugar de serenarse, aceleran, metiéndose en problemas, muchas veces mortales.

Lo que vemos ahora obliga a ser prudentes y tomar las cosas con calma. Además, debemos vivir con las urgencias y emergencias. En el caso de Guayaquil, bebamos más agua para recuperar lo que perdemos al deshidratarnos sudando de día. Usemos sombreros o gorras para protegernos del sol. En nuestra dieta diaria hay que dar más preferencia a los cítricos con vitamina C.