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En La Tola de Quito: ¡La ‘vecindad’ del terror!
Residentes del barrio denunciaron que en el sitio se arma ‘chupizas’ con licor artesanal, hay riñas y hasta droga. Les apena que la zona esté plagada de problemas.
Por fuera unos muros roídos esconden el patio central de la ‘Vecindad del Chavo del 8’. Hay polvo, humedad. Olor a cañerías. Pero no es la descripción del escenario del programa de televisión mexicano, sino de una vieja casona en La Tola, Centro Histórico de Quito.
Allí, ayer, la Comisaría de Policía del Distrito Manuela Sáenz decomisó alcohol adulterado, cigarrillos de contrabando y hasta clausuró una especie de tienda.
Hace más de tres décadas los vecinos del barrio bautizaron a ese inmueble, situado en la calle Chile (entre Valparaíso y Los Ríos), con aquel nombre. En estructura es similar al hogar del Chavito: viviendas alrededor de una placita central.
Sin embargo, allí no hay chiquillos jugueteando a la pelota. Ebrios, consumidores y bochincheros son los personajes que protagonizan una trama de inseguridad que ha puesto en ‘jaque’ a los vecinos.
Pablo Ortiz, comisario de la zona, explica que las denuncias sobre “tremendas fiestas y riñas” son cotidianas. Durante la última redada, la mujer a cargo le dijo a la autoridad que hace un tiempo llegó de la Costa. Desempleada. “Esto no justifica que actúe al margen de la ley”, describe Ortiz.
Los cambios
Para Rubén Márquez, un vecino de La Tola, el eje de todos los males del barrio son los advenedizos (invasores). La mayoría de residentes originarios del sector ya no están. Algunos han muerto y otros se mudaron a zonas más seguras, dice. De su generación, por ejemplo, eran 30 muchachos. Hoy, solo 5 viven ahí. “Hay mucho extranjero. La gente ya no se conoce entre sí. Otro problema es la división que se hizo. Ahora hay La Tola Alta, la Baja, La Nueva Tola y La Tola Colonial”, explica.
Aunque Márquez reconoce que toda la ciudad vive una ‘oleada’ de inseguridad, espera algún día recuperar La Tola, la pacífica.
Harto ‘guaro’ ilegal
Según la Policía, solo en una vivienda se encontraron 12 litros de licor artesanal, 4 cajetillas de tabacos de contrabando, 14 botellas de cervezas. Se le puso un sello de clausura por las irregularidades.