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Criminales grabaron cómo atacaron a una persona en Guayaquil. Cortesía

Sicarios se graban y difunden video de cómo asesinan a una persona en Guayaquil

Expertos señalan que con sus grabaciones, los criminales quieren demostrar poder, ganarse el respeto de sus rivales y provocar miedo en la sociedad.

La violenta acción criminal de unos sujetos, que quedó registrada en un video que se viralizó, confirma que los sicarios estarían usando ahora estas grabaciones con un objetivo muy claro: infundir mayor terror entre la ciudadanía.

Así lo confirman una experta en perfilación criminal y un psicólogo clínico, quienes aducen que a la vez que se hace una apología al crimen se intenta generar en la sociedad, en las autoridades y hasta en las bandas rivales la sensación de poder.

"Para ellos (los criminales) es hacer una apología al poder, es demostrar que pueden hacer lo que les da la gana y mostrarlo a sus rivales (...) Y también burlarse de la justicia, porque saben que los expertos pueden paralizar imágenes, identificar rostros, pero es como si dijeran 'yo muestro poder porque sé que no me pasará nada'. Así maquinan en sus cabezas", asegura la perfiladora criminal Ana Minga.

En tanto que Antonio M. (prefiere ocultar su apellido), psicólogo clínico, comenta que esto también se trata "un poco de narcicismo, el demostrar esa 'belleza del poder'. Grabándose, ellos se sienten poderosos, muy fuertes, y quieren demostrarlo a sus rivales y a la sociedad para generar respeto en unos y temor en los otros".

El suceso al que se refieren quedó registrado en un video de apenas 23 segundos, suficientes para demostrar toda la saña y premeditación con que se cometió un asesinato en Guayaquil, el pasado jueves 9 de febrero, en las calles Maldonado y Tulcán.

El hecho ocurrió cerca de la una de la mañana, cuando fueron baleados dos hombres. Uno de ellos, identificado como Javier Alcívar Farías, falleció; según moradores él se dedicaba al cuidado de carros en el sector donde fue acribillado.

En la esquina del suceso, donde funciona una lubricadora, quedó la silla amarilla donde estaba el guardián, que apenas vio a los asesinos salió corriendo. Sin embargo, los criminales lo persiguieron hasta que cayó y en el suelo lo remataron de varios disparos.