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Sucesos
Según experto, el adolescente que robó local en Esmeraldas sería el 'arma' de un adulto
El chico con alevosía se llevó celulares y dinero. Especialistas afirman que este no sería su primer atraco y, al parecer, un mayor de edad lo usa para cometer delitos y él salir ‘limpio’.
Un adolescente entró a un local comercial de venta de ropas no precisamente para hacer una compra, sino para ‘chorearse’ dinero y celulares. Solo le tomó 26 segundos para su fechoría.
Avezado saca un arma de fuego (que no se sabe si es real o no), pero lo que sí se evidencia en el video de la cámara de seguridad del establecimiento es la actitud del ‘pelado’.
No le tiembla el pulso de su mano derecha para apuntar a la persona que atendía en el sitio.
El experto en seguridad Kléber Carrión sostiene que la real arma es el menor de edad, quien va acompañado, al parecer, de un adulto que lo dirige.
“El tipo detrás hace uso del menor porque ingresan juntos. Él está ‘limpio’, es su estrategia en caso de que pase algo, debería ser un agravante, pero normalmente es un atenuante. Para el adulto sería un doble delito el que comete”, indica el especialista.
Asimismo, Carrión analiza el material audiovisual y señala que el accionar del menor de edad no es profesional, es más delictivo.
“Un experto emplea el arma de forma vertical porque las miras están en la parte de arriba, es más complicado usarla y disparar horizontalmente, como la utilizó el menor”.
Zé Pequeño
Al chico lo comparan en redes sociales con el personaje Zé Pequeño, protagonista del filme brasileño Ciudad de Dios, un niño sin familia, que admiraba a los delincuentes y aprendía de ellos, soñaba con ser el dueño de la urbe. Cuando se llega a la adultez se vuelve un criminal violento, capaz de todo.
La actitud del adolescente impresiona. Y según los comerciantes del centro esmeraldeño, sitio donde se dio el atraco, el muchacho tendría entre 13 a 15 años.
El psicólogo clínico Luis Siguencia manifiesta que en la forma de caminar y de apuntar se nota que no es la primera vez que roba.
“Veo que el acto fue planificado (entró, cogió, salió), a lo mejor vio que solo estaban mujeres en el local, estudió el sitio”, dice el experto en salud mental.
Un comerciante de la zona asegura haber visto al menor y a su acompañante merodeando el sector, minutos antes de que ocurriera el delito, cuyo video se ha hecho viral en las redes sociales.
“Andaban en actitud sospechosa, mirando a qué local entrar y seguro eligieron ese porque las vieron a ellas vulnerables”, expresa un trabajador del área que prefirió no revelar su identidad por temor a represalias.
Ya tiene su ‘cancha’
Doña María (nombre protegido) tiene más de 20 años ‘camellando’ en este casco comercial y cuenta que no es la primera vez que el chico roba en el sitio. Hace un mes participó en el robo de un local de venta de celulares. También lo implican en el atraco de un puesto que comercializa calzado.
¿No valía la pistola o tiene su corazoncito?
“Hay dos aristas: o el arma no servía para disparar o por lo menos el muchacho todavía tiene valor por la vida del otro, pero no del trabajo, porque le roba a quien trata de salir adelante”, precisa Carrión, quien considera que la falta de regulación en la cadena de la comercialización (informalidad que da chance a la venta de objetos robados) y el porte de armas (con el fin de repeler estos actos) son temas deficientes del Estado.
De ‘choro’ se puede convertir en sicario
Si no se rehabilita a este chico es probable que se convierta en un sicario. Hoy solo apunta, en un futuro, que puede disparar y quitarle la vida a alguien, asevera Siguencia, quien menciona que mientras más hechos delictivos cometa, él se volvería más insensible y cero empático con los demás. “Al principio podría sentir nervios, pero luego se torna de sangre fría, una víctima más, una víctima menos”, concluye.