A su corta edad, Alisa Perales ya ha alcanzado lo que para muchos representa una meta lejana. Con solo diez años, esta joven californiana se prepara para egresar de Reedley College, donde cursa simultáneamente dos trayectos técnicos, uno en el área de ciencias y otro con enfoque artístico. Su graduación, prevista para mayo, la convertirá en la persona más joven en completar una formación en esa institución.

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Desde muy pequeña, Alisa mostró señales claras de un desarrollo intelectual extraordinario. A los tres años resolvía ejercicios matemáticos mientras otros niños apenas aprendían a leer. Su capacidad no pasó desapercibida: una maestra de nivel inicial recomendó una evaluación cognitiva especializada que reveló una inteligencia significativamente superior al promedio.

Gracias al apoyo de su familia y un entorno educativo adaptado a sus necesidades, Alisa avanzó con rapidez. A los cinco años ya dominaba contenidos de secundaria, y a los siete comenzó a estudiar en modalidad virtual en el ámbito universitario. Desde los ocho años, asiste a Reedley College, donde destaca no solo por su desempeño académico, sino también por su calidez humana y creatividad.

Mantiene una vida acorde a su edad

Nacida y criada en Fresno, Alisa comparte su hogar con sus padres y su hermana menor. A pesar de sus logros académicos, mantiene una vida acorde a su edad. Le gusta pintar, tocar el piano —actividad que realiza desde los cuatro años—, ver películas de ciencia ficción y participar en talleres de robótica y programación. Interstellar, una de sus películas favoritas, despertó en ella una temprana pasión por la neurociencia.

El sueño de llegar a Stanford

Ese interés no es casual: su sueño es estudiar neurociencia en la Universidad de Stanford. Ya está en proceso de postulación y cumple con todos los requisitos exigidos. Su madre, Natalie Perales, afirma que todo el camino ha sido un aprendizaje constante, guiado por la premisa de respetar la infancia de Alisa sin limitar su desarrollo intelectual.

"En casa, el juego y el descanso tienen tanto valor como el conocimiento", señala Natalie. La familia se ha enfocado en garantizar un equilibrio entre la exigencia académica y el bienestar emocional.

Además de sus clases, Alisa participa en un coro local, actividades juveniles y eventos académicos. Tiene una gran facilidad para hablar en público y demuestra empatía en cada encuentro. Esa combinación de inteligencia y cercanía la ha convertido en un referente entre otros niños con altas capacidades.

Mientras se prepara para pronunciar un discurso como oradora principal en su ceremonia de graduación, Alisa ya mira hacia adelante. Si logra ingresar a Stanford, iniciará su carrera universitaria a los once años, con la firme intención de investigar nuevas formas de enseñanza desde la neurociencia.

Para ella, esto es solo el comienzo. Un camino brillante —y apenas iniciado— que combina talento, esfuerzo y una profunda vocación por el conocimiento al servicio de los demás.

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