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Crónica roja

Las autoridades acudieron hasta la escena del crimen para investigaciones.Cortesía

Esmeraldas: Le aconsejaron alejarse de su ex, no hizo caso y murió junto a él

Balearon a una pareja y ‘perdonaron’ a otra mujer. Uno de los pillos se habría interpuesto para que no maten a la fémina, quien tenía un bebé en brazos.
 

A Estela Tomalá Mesías, de 42 años, le habían advertido en reiteradas ocasiones que se alejara de Juan Castillo Carvajal, de 24, pero no lo hizo. Pensó que terminar la relación sentimental que tuvieron por poco más de seis meses y cambiarse de casa era suficiente para desligarse de él.

Sin embargo, Castillo continuó en contacto con Estela en su afán de reconquistarla. Incluso averiguó dónde estaba viviendo para ir a buscarla.

Fue por eso que la noche del jueves 13 de octubre, a eso de las 22:20, el hombre, a quien todos llamaban Pikolín, llegó al domicilio de Estela, en la Isla Luis Vargas Torres (sur de Esmeraldas), supuestamente para conversar. Ella lo dejó entrar, sin pensar que 10 minutos más tarde sujetos armados invadirían su residencia para asesinarlos a Castillo y a ella.

Habrían sido cinco hombres con gorras, mascarillas y armamento de grueso calibre los que acabaron con la vida de la pareja. Vecinos aseguraron que se escuchó una ráfaga de disparos, gritos y llantos durante el violento ataque.

“Ñaña, no te vayas que te necesitamos, ven”, gritaba la hermana de la víctima en la escena del crimen. Ella se salvó de ser disparada porque en ese momento llevaba a su pequeño bebé en sus brazos. Según testigos, uno de los gatilleros se interpuso para que sus compinches no le hicieran daño.

Con Estela también vivía su hija de 13 años, quien desconsolada gritaba: “Mamá, tú eres el amor de mi vida, yo por ti daría la vida. Me gustaría haber estado allí y ponerme en medio y que todas las balas me dieran a mí y no a ella”.

El hermano de la fallecida le contó a EXTRA que, al parecer, el objetivo del ataque era Pikolín, pues habría tenido inconvenientes con una banda delictiva, por lo que en reiteradas ocasiones le pidieron que no vaya a la vivienda de su ex, pero él hizo caso omiso y terminó en un trágico doble crimen.

“Cuando nos enteramos de que andaba en malos pasos le dijimos que no venga más porque no queríamos problemas con nadie, pero él insistía en volver con mi hermana. Ya no eran nada, pero el man andaba que la jodía”, relató el familiar, quien pidió no ser identificado.

Un allegado dijo que cuando les avisaron que Estela había muerto pensaron que había sido Pikolín que había acabado con la vida de la mujer, pues estaba obsesionado con ella.

La hija de la fallecida confirmó aquello. Dijo que ya le habían pedido a su madre, repetidas veces, que no se acercara a Pikolín. “Mi mamá me decía que no me preocupe porque la relación ya había terminado, pero él seguía acosándola para que regresaran”, aseguró la menor.