Exclusivo
Judicial
A dueño de restaurante no lo mataron por 'vacunas'
La Policía informó el móvil del crimen que se registró en Carcelén Bajo, en el norte de Quito. Los moradores hablan de los delitos que se cometen en la zona
Los comentarios se llenaban de indignación en los moradores de Carcelén Bajo, norte de Quito, mientras veían que uno de los residentes fue víctima de la delincuencia.
La gente se agolpó detrás de una de las dos cintas amarillas que dividía las afueras de una marisquería que se encuentra en la calle E3 del mencionado sector. Adentro, una macabra situación se puso en escena con la muerte del propietario de ese popular restaurante.
Eran las 09:40 de este 1 de abril cuando se difundió que el dueño yacía sin vida en la cocina del negocio. Un video que se difundió mostraba al hombre bocabajo y tendido en el piso de baldosa blanca: a su alrededor se esparció la sangre de la víctima.
Robo
“Eso debió pasar a eso de las siete de la mañana. De lo que nos esteramos fue que dos tipos habían llegado a pie e ingresaron”, manifestó una de las habitantes, quien prefirió no dar su nombre por temor a represalias.
Esos sujetos habrían intentado bajar la puerta enrollable para cometer el delito. “La verdad no se conoce si se trató de ‘vacunadores’. Pero así como llegaron, los hombres se fueron”, añadió la testigo: es decir, fugaron a pie.
Iván Naranjo, jefe de la Unidad de Muerte Violentas de la Dinased, detalló que en realidad se trató de un robo. A decir del oficial, la víctima y su esposa estaban por abrir el local cuando fueron abordados por los dos tipos.
“La intención de estos sujetos era sustraer las pertenencias de las dos personas. Pero el señor, al oponer resistencia, fue víctimado con un corte en su cuello”, informó Naranjo.
Jefe de Muertes Violentas Dinased
Inseguridad
La noticia de que al vecino de los encebollados, de quien no se difundió su nombre, lo habían matado hizo que la gente corriera para saber lo que sucedió. Al tiempo, las unidades de policía llegaron al punto para su labor de ley.
“Los delitos se cometen a cada momento, ya no se puede vivir en paz”, replicó la gente mientras miraba el trabajo policial. Un habitante aprovechó para explicar la forma de operar de los rateros.
“Es común ver que tres o cuatro motocicletas ronden por el sector. Al mirar a su víctima, la abordan y le roban”, indicó parado frente al restaurante donde yacía la víctima, a la que conocían como el ‘veci’ de los encebollados.