En un caso que parece salido de una novela de suspenso, un hombre ha sido detenido tras descubrirse que ocultó la muerte de su suegra durante más de un año. Pero lo más perturbador no es sólo el silencio con el que manejó la situación, sino que habría enterrado el cuerpo en el patio de su casa y siguió cobrando su pensión de jubilación durante todo ese tiempo.

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La fallecida fue identificada como Blanca Esther Provenza, una mujer de 93 años que, según las autoridades, murió por causas naturales. El hallazgo, que ha sacudido a Argentina y a la opinión pública, se dio luego de que vecinos y familiares comenzaran a sospechar por la prolongada ausencia de la anciana. Finalmente, una denuncia anónima dio inicio a la investigación.

Así descubrieron el cuerpo

Cuando las autoridades llegaron a la vivienda, se encontraron con una escena que nadie esperaba: el cuerpo de Blanca Esther estaba enterrado en el jardín trasero. Tras exhumar los restos, el médico forense Gustavo Lafourcade Durán realizó la autopsia correspondiente y confirmó que no había señales de violencia. El informe forense de las autoridades argentina  concluyó que “no se encontraron indicios ni causas directas de muerte violenta evaluables al momento del examen, por lo que se consideran causas compatibles con un origen natural”.

La muerte de la señora se convirtió en el inicio de una serie de delitos. La Fiscalía abrió una causa penal contra el yerno por tres delitos graves: fraude al sistema de seguridad social, ocultamiento de cadáver y falsificación de documentos.

El hombre, cuya identidad no ha sido revelada públicamente, habría firmado documentos en nombre de la fallecida para mantener activa la cuenta de jubilación. Según los primeros reportes, habría recibido durante más de un año los pagos correspondientes, cometiendo un fraude que podría costarle hasta 10 años de prisión.

Podría pagar una condena de 10 años

Actualmente, el acusado se encuentra bajo custodia preventiva mientras avanza la investigación. Las autoridades están recabando pruebas documentales, testimonios de vecinos y peritajes informáticos que podrían confirmar cómo se ejecutó este esquema de engaño y por cuánto tiempo logró sostenerlo sin levantar sospechas.

Este caso ha generado una profunda conmoción, no solo por el hecho de que se haya ocultado la muerte de una persona mayor, sino también por el aprovechamiento frío y calculado de su partida. Mientras la Justicia sigue su curso, muchos se preguntan qué motivó al hombre a tomar esa decisión. 

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