Mickey Felipe Castillo Cevallos era un verdadero artista y artesano del metal. Sus maravillosas creaciones hechas a mano podían cambiarle por completo la apariencia a una pared, a una mesa de centro o a cualquier sitio. Sus trabajos los realizaba en el taller de su propiedad, denominado May Mag Metal Mecánica, ubicada sobre la calle El Oro, entre Zamora y Morona, en el sur de Esmeraldas.

Fue justamente en ese sitio donde Castillo fue asesinado la tarde del pasado viernes por sujetos que le propinaron al menos cinco disparos en la cabeza. Según testigos, la víctima llegaba a su taller a las 16:00 a bordo de su camioneta negra cuando fue interceptado por los individuos, quienes aparentemente se movilizaban en una motocicleta.

Al parecer, los gatilleros ya lo seguían desde cuadras atrás. Las heridas fueron letales y eso se evidenció por la gran cantidad de sangre que quedó regada en la escena del crimen. La parte superior del cuerpo de Castillo quedó sobre la vereda y la inferior, sobre la calzada.

Una fuente policial, que pidió la reserva de su identidad, indicó que la principal hipótesis que manejan las unidades investigativas es la extorsión como causa del crimen. Sin embargo, no hay una versión oficial al respecto ni de la policía ni de la familia.

El ingenio de su esposa y el talento de sus manos

May Castillo, nombre artístico del fallecido, era un escultor del metal. Varios de los trabajos que realizaba decoran la casa de la prefecta de Esmeraldas, Roberta Zambrano, quien además es cuñada de la víctima, porque una de sus hermanas estaba casada con él.

Una muñeca metálica, un bosque, un majestuoso árbol, esculturas de caballos, robots, un depredador de acero, entre otras obras de arte, forman parte de su catálogo de creaciones que eternizan su memoria.

“Arte es lo que reflejan cada uno de sus diseños. Fueron sus manos las que le pusieron un toque mágico a mi hogar. Todos los que tenemos un detalle de May Mag sabemos que es el resultado del ingenio de mi hermana Magdaly y de sus manos fabulosas, cuidando cada detalle”, expresó la prefecta.

Ramiro Manzano, un soldador esmeraldeño que conoció a Castillo, asegura que era muy meticuloso con los detalles, principalmente cuando se trataba de encargos. “Una hoja no podía ser más grande que las otras, todas debían tener el mismo tamaño, el mismo color, él se encargaba de todos esos detalles”, resume Manzano.

Se ‘fregó’ el tapao arrecho gigante

Washington Alcívar, director del Proyecto Nacional Mustang, programa que a través de la soldadura ayuda a jóvenes en situaciones de vulnerabilidad de algunos sectores de la ciudad de Esmeraldas, trabajó y conoció a Mickey hace poco más de dos décadas.

“Fue el primero que empezó a fabricar máquinas de gimnasio en toda la provincia de Esmeraldas. Él puso su taller por inspiración propia porque siempre tenía ideas fantásticas”, resume Alcívar, quien estaba en conversaciones con May para construir una olla de acero inoxidable que iba a servir para elaborar el tapao arrecho más grande del mundo.

Era jovial y siempre bromeaba con los chicos del Proyecto Nacional Mustang. Siempre les decía que sus botas no valían y ellos lo cuestionaban porque siempre andaba en zapatillas. “Él le decía que sus pies eran de acero porque en Europa le habían colocado unas placas metálicas”, recuerda Alcívar.

Mickey Castillo hacía referencia a Europa porque estuvo 10 años trabajando en España, donde acumuló ahorros que le sirvieron para instalar su taller, el cual tenía ocho años atendiendo al público.