Su talento le ha dado alegrías, pero también buenos sustos. Ser el imitador oficial en Ecuador del cantante colombiano Pipe Bueno lo llevó a William Santacruz, de 29 años, a estar frente a uno de los integrantes de la organización criminal Los Choneros, Junior Roldán Paredes, alias JR, asesinado en mayo de 2023.

En una ‘narcofiesta’, donde lo que más zumbaba era el whisky carísimo, mujeres y toda clase de excesos, contrataron al manabita para que le cantara a JR.

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“Sí, le canté. Solamente soy artista y no estoy involucrado en cosas así. Nunca supe a dónde iba a ir, nunca supe dónde iba a llegar, pero para mí fue como si nada, como un show más”, cuenta William, quien no le dio importancia cuando supo quién era el anfitrión.

Aquel encuentro se viralizó en redes sociales el año pasado. “Soy un poquito egocéntrico y para mí fue normal ir a cantar como a cualquier persona que me contrate. De ahí, el señor (JR) muy bueno conmigo, superchévere, estaba disfrutando del show, de lo que yo transmitía como artista. Me dieron hasta un caballo para que entre cantando como el mismísimo poderoso Pipe Bueno”.

El cantante no quiso revelar cuánto cobró o si le dieron propina, pero admitió que se quedó hasta el siguiente día.

“Cuando termino de cantar, agradezco por la contratación, me despido y me dicen: ‘ñaño, quédate un poquito más, te pago otra hora más o te pago hasta mañana, son personas que pueden (pagar)’. Esperé que me transfieran en ese momento y me quedé vacilando. No hablé con él directamente”.

Procura ser cauto en sus declaraciones, ya que luego de aquella presentación, su vida peligró. A mediados de 2023 fue secuestrado junto con tres de sus acompañantes.

“Sucedió por Santo Domingo, me secuestraron y me robaron todo mi dinero, después me soltaron con fuertes agresiones y casi hasta me matan, por eso estoy en modo perfil bajo (...)”.

Durante la entrevista, William muestra cicatrices en su rostro. Viajará a Medellín, Colombia, para operarse la nariz, porque no puede respirar con dificultad, producto de la golpiza que recibió.

Sospecha que las bandas contrarias le pusieron el ‘ojo’ o que las autoridades lo tienen en la mira. “No tengo ni idea de eso, simplemente sé que me secuestraron y ya. Cuando pasó, me preguntaron por tal y por cuál, y dije que solamente soy artista, que me dejen seguir con mi vida”.

El próximo 12 de mayo cumplirá 30 años y se prepara para empezar su carrera con su propio nombre y lejos de la sombra de su ídolo colombiano. No quiere que lo sigan vinculando con JR.

Asegura no guardar ningún recuerdo de ese evento. “Sí tenía fotos con él, en buen plan, pero el día del secuestro, se llevaron el teléfono”.

Es reservado al hablar de quienes lo contratan. “De personas pesadas (con mucho dinero) no te podría hablar porque es algo delicado; de personas solventes te podría decir que sí me contratan y lo siguen haciendo”.

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