Aunque quisiera llorar, no puede porque no tiene lágrimas, una rara enfermedad le quitó la posibilidad de hacerlo. Pero cuando William Jaramillo creyó que viviría en las tinieblas, comenzó a recuperar la visión en su ojo derecho, tras someterse a una operación en diciembre de 2023.

Su ojo izquierdo sigue sin ver la luz, pero el presentador confiesa que lo toma con calma y continúa con su vida, haciendo las cosas que acostumbra y valiéndose por sí mismo, incluso hasta estrenó un nuevo programa digital de farándula y moda llamado VIP.

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Hace casi tres años fue diagnosticado con el síndrome de Sjögren, un trastorno autoinmunitario en el cual se destruyen las glándulas que producen las lágrimas, resecando los ojos y haciendo que pierda la visión.

“En la operación me pusieron un lente que me permite ver y hasta ahora todo ha estado bien, aunque en estos días he visto como empañoso, deduzco que puede ser por las molestias del aire acondicionado”, explica.

William indica que esta enfermedad la creó su propio organismo, no tiene cura pero sí existen tratamientos para sobrellevarla, y así como apareció de repente puede desaparecer en unos años o también puede quedarse para siempre.

“Yo estoy sin lágrimas, no puedo llorar ni siquiera haciendo el mayor esfuerzo. El ser humano puede desahogarse llorando, pero esa opción no la tengo yo. Creo que a raíz de la COVID comenzaron a aparecer todo tipo de enfermedades y a mí me tocó esta, pero lo he tomado con la mayor fortaleza”.

En este proceso se le presentó la oportunidad de hacer un programa en el canal digital RCD, en el que tiene farándula, moda y hasta un reality para encontrar nuevos talentos que lo acompañen en la conducción.

“VIP sale tres veces a la semana, de 15:00 a 16:30, y tocamos temas de farándula, pero no de la pelea y el bochinche, sino destacando los verdaderos talentos, a los que no le dan cabida en otras pantallas porque prefieren hacerlo con los que tienen más seguidores en las redes”.

Con su conocida franqueza, William comenta que en principio pensó estar solo en el programa, ya que algunas de las opciones de copresentadoras que le dieron las rechazó. Entre ellas estaban los nombres de Verónica Saltos y de Martha Quiñónez, con las que trabajó cuando fue parte de Agárrate.

“Con Verónica no me llevo y además en el canal les parece demasiado exuberante para vestirse, en TV no hay que mostrarlo todo. Martha tiene su programa y ambos tenemos un carácter fuerte, ella es de las que quiere imponer su criterio y yo tengo el mío. A la final, decidimos hacer un reality y sacar personas nuevas”.

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