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The Smashing Pumpkins durante su concierto en Quito.EXTRA.

The Smashing Pumpkins encendió su máquina del tiempo de rock alternativo en Quito

Miles de nostálgicos de los noventa llegaron para ver a la legendaria agrupación de Chicago

“Ahora puedo morir en paz”. Entre risas, Luz Chicaiza lanzó esa frase a sus cuatro amigos del colegio con los que disfrutó del concierto de The Smashing Pumpkins en el coliseo General Rumiñahui de Quito.

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Y es que la banda estadounidense de rock alternativo llegó la noche del martes 12 de noviembre con una especie de máquina del tiempo a la capital. Los miles de asistentes al show revivieron su época de adolescencia, cuando eran incomprendidos y expresaban su rebeldía a través de la música.

‘1979’, ‘Perfect’ y ‘Zero’ eran sus himnos, que cantaban Luz y sus ‘panas’ a viva voz en los recreos.

José Luis Polo descubrió a los 18 años ‘Mellon Collie and the Infinite Sadness’, su segundo álbum y, según comenta, el mejor. Antes de la salida de Billy Corgan, James Iha y Jimmy Chamberlin, tres de los integrantes originales, Polo, que ahora tiene 36 años, tarareaba ‘The Everlasting Gaze’, sabía que con ese tema empezaba el repertorio.

Y así fue. Minutos antes de las 20:30, las luces del escenario se apagaron y sonó ‘Atum’, tema instrumental del disco homónimo lanzado en 2022. Enseguida se escuchó ‘The Everlasting Gaze’ y ‘Doomsday Clock’, dos temas potentes que fueron coreados por al menos 6.000 asistentes y que hicieron vibrar el recinto.

Sobre el escenario, Corgan lucía un traje negro con botones rojos. A su izquierda estaba James Iha, su guitarrista de toda la vida, y del otro lado, el bajista Jack Bates y Kiki Wong, la integrante más nueva del grupo. No podía faltar Jimmy Chamberlin, el otro miembro que se mantiene desde los 90.

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Solo habían tocado tres canciones, pero Corgan ya tenía al público en sus manos. Recorría el escenario de un lado a otro y mostraba una sonrisa. “Hola, Quito”, dijo antes de entonar un infaltable de los noventa: ‘Today’.

De ahí en adelante, fue un clásico tras otro. Con ‘Tonight, Tonight’, un público extasiado no dejaba de cantar y saltar.

Conforme avanzaba el show, Corgan se mostraba más cercano a los asistentes. Ponía su mano en la cintura y los miraba fijamente, como una señal de que no dejaran de alentarlo.

La guitarrista Kiki Wong cautivó al público con un toque electrónico en la canción ‘Beguiled’.EXTRA.

El paso del tiempo parece que no hizo mella en su voz, y eso quedó demostrado cuando, solo en el escenario, cantó dos covers acústicos: ‘Landslide’, de Fleetwood Mac, y ‘Shine on, Harvest Moon’, de Ruth Etting. En ese lapso, los ánimos se calmaron. El público tuvo una pausa para descansar, pero el Rumiñahui volvió a resonar con ‘Bullet with Butterfly Wings’ y otro clásico: ‘1979’.

Pese a la altura de Quito, Diego Pontón, que llegó desde Machala, no paraba de poguear y saltar. Cuando sonaron ‘Cherub Rock’ y ‘Zero’, casi al cierre del concierto, no podía más de la emoción. Tenía frente a él a una banda legendaria que marcó su adolescencia, una de las que, con una mezcla de rebeldía y entusiasmo, conectó a toda una generación que jamás imaginó presenciar su show en el país. “The impossible is possible tonight”, dice, en referencia a un tema que se convirtió en un himno de su época.

Así fue la noche en la que Corgan y los músicos de The Smashing Pumpkins hicieron realidad el sueño de miles de ecuatorianos, añorantes de la década del 90, del rock alternativo y de la rebeldía.

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