Esteban Vidan no sabía lo que era una borrachera hasta que a los 22 años sufrió una decepción amorosa al ver cómo la persona que le ‘movía el piso’ prefirió quedarse con su amigo y no con él. El episodio involucra a “un famoso actor de telenovelas”, de quien no revela su nombre, pero indica que tenía un auto convertible.

Actualmente no bebe, desde que en octubre de 2021 fue diagnosticado con un cáncer de pulmón que lo tuvo postrado por cuatro meses, sin poder caminar, pero del que se recuperó satisfactoriamente.

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¿Cómo fue su primera borrachera?

Tenía 22 años y fue por despecho. Antes de eso, yo era de una copa y nada más. Fui a la fiesta de un canal en la que estaba un famoso actor de telenovelas de aquí, que a mí me gustaba y una amiga me contó que yo también le gustaba. Me puse mis mejores galas, pero resulta que al actor le llamó la atención otro amigo mío, que ni agraciado era. Cuando terminó la fiesta nos fuimos en el convertible de él a seguir la farra a una discoteca, pero al llegar nos dejó y se fue con esa persona, mientras yo despechado me quedé emborrachándome toda la noche con tequila y cerveza. Volví a mi casa a las seis de la mañana.

¿Qué música escucha cuando se echa los tragos ?

Cuando tomaba, porque ya no bebo, no podía faltar la canción ‘Detrás de mi ventana’, de Yuri. Es una de las historias que viví y es cuando a uno le cuesta terminar las relaciones dañinas.

¿Bebe con amigos o con la pareja?

Siempre es mejor beber con los amigos, los ‘panas’ son un ‘cague’ de risa, se hace una catarsis maravillosa. Es cuando uno puede ser uno mismo, aunque yo soy igual delante y detrás de cámaras.

Si fuese un licor, ¿cuál sería?

Un Möet & Chandon, un champán fino, caro, de una buena cava, porque una cosa es sentarse a ‘chupar’ y otra disfrutar de un buen licor. Es un licor adictivo, de esos que siempre se quiere repetir.

¿Cuál fue el momento más bochornoso que tuvo en una borrachera?

En una fiesta en la playa, en una casa espectacular con los grupos Ta’ Dominado y los Quality, ya me había tomado mis tragos y estaba todo ‘ja, ja, ja, ja’. Sintiéndome la Érika Vélez, caminaba junto a la piscina y en un momento que fui al baño, no me percaté de una puertas de vidrio y me estrellé. Fue un estruendo terrible, todos giraron a ver, pero yo me hice el tonto y solo me reí, pero por dentro se me partía la cabeza. La borrachera se me pasó y no quería salir del baño por la vergüenza.

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