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Farándula
Los ‘retro’ se quedan con la original, la nueva generación le da chance al remake
Televidentes opinan cuál de las novelas Café con aroma de mujer tiene más ‘pegue’. Para los noventeros la primera es la 'pepa'; los millennials se enganchan por los actores y porque no conocen a la producción de 1994
Si el café puede llegar a ser adictivo, una telenovela, también. Eso pasó y pasa con el culebrón Café con aroma de mujer, escrito por el guionista y periodista colombiano Fernando Gaitán (fallecido).
En 1994 fue su estreno, rompiendo el rating en Colombia, Ecuador y Latinoamérica. El mundo puso sus ojos sobre el país vecino y la novela se emitió en 100 países, en una época sin redes sociales ni plataformas de streaming.
Es que la historia de la recolectora Gaviota y el empresario cafetalero Sebastián Vallejo (personajes protagónicos) enamoró y lo sigue haciendo en la actualidad, gracias a Netflix y Teleamazonas, canal que desde 6 de marzo transmite el remake. Pero, ¿cuál de las dos novelas tiene más ‘pegue’?
La respuesta la dan los televidentes, los fans de ambas producciones.
Hay dos ‘bandos’: los retro, los amantes de la novela original de 1994, protagonizada por los actores Margarita Rosa de Francisco y Guy Ecker. Hablamos de ‘pípol’ que está cerca a los 40 años para arriba, más o menos.
Otro ‘team’ es la generación Z (nacidos a partir de 1994) y los millennials (de 1981 a 1996), quienes no han visto el primer teledrama y le hacen barra a los actores Laura Londoño y William Levy.
Realismo y emociones
El profesor Pedro Delgado (51 años) cuenta que veía la novela del 94 con su madre, Olga Cedeño (fallecida).
“En la primera hay interpretaciones más reales; se ve a una Gaviota que cuando peleaba con Sebastián se desmechaba, se ponía roja, hasta la pollera se le veía, era verídico. A la novela actual la siento más fingida”, dice el maestro, quien ‘peleaba’ con su mamá por los episodios. El ‘te dije’ no faltaba: “Te dije que no la hallaría, que se iban a separar, etc”.
Edwin Espíndola (43) revela que en su casa había ‘toque de queda’, nadie salía del domicilio por ver la novela. Él era adolescente. Le encantaba escuchar las canciones de la Gaviota, las cuales han sido replicadas en la nueva versión.
“Es tomarse dos cafés distintos, uno pasado (original) y un capuchino (actual); los dos se disfrutan”, asegura. Por eso, él piensa ver la nueva versión, darse un ‘sorbito’ de ese ‘nuevo café’.
Magaly García ha visto dos veces la del 94 y aún disfruta de los capítulos por YouTube. Dice que la nueva la ha visto exhibida en la plataforma de streaming, pero no la ha reproducido, se resiste. “Lloraba con ellos, vivía lo que veía. Esperaba con ansias el día siguiente para disfrutarla, deseaba que esa hora no se acabara y ver más novela”, expresa la mujer de 45 años, quien en 1994 se compró el cd con las canciones de Margarita Rosa de Francisco.
Sobre la nueva novela, piensa que es “como tomarse un café frío”, pero igual cree que se dará su oportunidad para verla y comparar.
Para Lucía Zurita (52 años), madre de la abogada y comunicadora Lucía Jaramillo, la primera actriz es la eterna Gaviota. “Esta novela me recuerda mi época. De pronto quienes nunca vieron la original puede que les guste la nueva, los que sí la vimos es difícil no compararla. Igual voy a ver la actual versión”.
No conocen la de 1994
Un tuit publicado por Lucía Jaramillo (33) ‘alborotó’ el tema de la comparación de un culebrón con el otro. Ella reconoce que nunca ha visto la primera, que ya se vio todita la de Netflix y está contenta de que un canal de señal abierta la transmita y otros, que no tienen la plataforma, puedan disfrutarla. ¡Café para todos!
“Esta versión ha atrapado a mi generación, los millennials porque no alcanzamos a ver a la original”, expresa Jaramillo, quien tenía 4 años cuando salió la del 94.
El veinteañero Marco Rivera tampoco ha visto la original y está fascinado con la trama y canciones que le recuerdan a un musical. Dice que un acierto son los actores famosos que participan en la novela.
“Para nosotros es nueva la trama, así sea basada en otra historia. Como nunca la vimos, no podemos comparar”.