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Farándula
Quiteños molestos por los cierres en la iglesia San Francisco, por la boda del hijo del vicepresidente
Juan David, hijo del vicepresidente Alfredo Borrero, y la modelo de Victoria’s Secret, Jasmine Tookes eligieron esa iglesia del centro de la ciudad para su matrimonio.
A los vecinos y comerciantes de la Plaza de San Francisco, en el centro de Quito, no gustó la idea de que cierren la iglesia, cerquen el área y retiren a los indigentes para la boda de Juan David —hijo del vicepresidente Alfredo Borrero— y de la reconocida modelo de Voctoria’s Secret, Jasmine Tookes.
Los requerimientos formaron parte de una lista elaborada por la planificadora de bodas, Carolina Muzo y que se entregó a la Secretaria de Seguridad del Municipio. En el documento se solicitó también se limpie la plaza, ya que “todo el patio está lleno de basura, heces de paloma y suciedad”.
Además se pidió que la Policía Metropolitana custodiara los alrededores de templo, el hotel en el que se hospedaron los novios y algunos invitados (ubicado a pocos metros de la iglesia) y los parqueaderos. También que se cerque un perímetro de seguridad.
Todas las peticiones fueron cumplidas entre la tarde del viernes 3 y el sábado 4 de septiembre. Esto causó malestar entre los vecinos del lugar quienes consideran que se deben realizar las actividades de limpieza de forma más continua. Incluso, insisten en que el tema de inseguridad es una falencia en San Francisco.
Pese a que Muzo indicó que el evento permitiría incentivar el turismo en Quito. La apreciación de la gente no es la misma. Alexandra Alvarado, quien reside en Machachi, suroriente de la capital, se llevó un chasco cuando encontró el templo, que visita cada semana, cerrado.
Para ella, San Francisco es “el alma de la capital” y al mantenerla cercada, la gente se despecha y no regresa. Lo mismo le ocurrió a Luis Gómez, quien hace más de 30 años se convirtió en devoto de Jesús del Gran Poder. Sin embargo, desde el viernes no ha podido visitar la iglesia.
Los comerciantes del lugar también están molestos. El cercar la plaza es un día menos de trabajo para ellos. Janeth Iza asegura que está endeudada, ya que desde que se cerró la plaza para la construcción de una estación del Metro de Quito, ella y sus colegas se han visto afectados.