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Farándula
Kimberly Cedeño: ¡Bailar la está ‘desarmando’!
De ‘peladita’ fue cantante y hasta un disco grabó; asegura que todavía le da ‘duro’, aunque sea en el karaoke, pero el baile pudo más.
El baile tiene a Kimberly Cedeño con las rodillas jodidas, la columna ‘torcida’ y hasta con una pequeña hernia en el ombligo. Todo un drama. Pero a pesar de eso, asegura que le da felicidad y no lo piensa dejar por nada.
Campanita, como también se conoce a la artista, todavía no puede creer que sea la ganadora del reality de baile Soy el mejor. “Le metí todo, lo di todo, me volví maquilladora, costurera, invertí bastante esfuerzo para que cada show salga muy bien y lo logré”.
QUERÍA SER DOCTORA
Creció en una familia de artistas, por eso indica que su sueño de la niñez, de ser doctora, se quedó en el camino.
“Mis abuelitos cantan, los hermanos de mi abuelito y mi tía cantan, mi mamá es bailarina, siempre estuve involucrada en el arte. De chiquita me presenté en grandes escenarios, incluso grabé un disco con un tema inédito que se llama El baile del delfín”, recuerda.
A los seis años empezó a estudiar baile, actividad que la apasionó.
Cuando cantaba tenía un cuerpo de baile y llegó un momento en que ya no quería cantar, sino bailar. “Me pasaba en los ensayos y no quería ir a las clases de canto. Pero si me invitan a un karaoke le doy durísimo”.
En el arte, puede decir que ha hecho de todo, ya que hasta incluso actuó en Archivos del destino, una serie de TC de inicios del 2000.
“Todas las facetas me las he disfrutado y guardo lindos recuerdos. Cuando cantaba, desde la tarima veía a mis papás y mi abuelito apoyándome. En mis clases de danza mi mamá me esperaba afuera, igual cuando estudié patinaje artístico”.
FUE SU PROFESOR
Sobre el reality confiesa que alguna vez pensó en abandonarlo, principalmente por sus lesiones.
“Me lesioné en un dedo del pie bailando bachata, pero no me iba a retirar por un dedo. He sido deportista y competidora, tengo lesiones y desgaste en las rodillas, desviación en la columna y hasta una hernia. Ya me estoy desarmando de a poquito”, dice entre risas.
Entre todo eso destaca la compañía de su esposo, Julián Campos, quien siempre la apoyó y ahora es el más emocionado por su triunfo, al igual que su mamá Raquel Cisneros.
“Siempre pensé que tenía un caso social de por medio y que debía seguir. Saber que pude darles el premio para que tengan un emprendimiento me hace muy feliz”.
Respecto al episodio bochornoso que vivió hace unos meses, cuando en un movimiento imprevisto sus senos quedaron al aire, indica que fue muy incómodo, pero tampoco un motivo de peso para hacerla desistir.
“En verdad valió la pena todo el esfuerzo que hicimos, nadie me regaló nada porque en realidad me esforcé mucho, nunca me confié cuando en las redes me daban como ganadora. Lo que hice fue seguir bailando”.