Con la ‘Corvina Dorada’ en sus manos y sin percatarse de un ‘relajo’ que podría haber generado graves consecuencias, el cantante colombiano Jessi Uribe paseó su clase en General Villamil, Playas.

El evento, que congregó a una gran multitud, fue parte de la serie de conciertos que el intérprete del género popular dio en el país, empezando por Riobamba y pasando desde Paute hasta el balneario guayasense.

Eran las 23:30 del lunes cuando el animador anunció la presencia del plato fuerte de la noche por las fiestas de carnaval, en el malecón de Playas: “Con ustedes, Jessi Uribe”. Y no faltó más para que se armara el relajo.

Decenas de personas se aglomeraron frente a la tarima. El tumulto amenazaba con hacer caer la consola de sonido, que estaba en la mitad de la calle, a unos 50 metros de allí.

Fue en ese momento que policías que daban seguridad al alcalde de Playas, Danny Mite, quien se encontraba en una zona vip ubicada en otra tarima, habrían lanzado gas pimienta hacia la parte de atrás, para evitar la aglomeración, pero fue peor y se generó un verdadero caos.

Perdidos y golpeados

En su desesperación por salir de la zona afectada, la gente chocaba contra los quioscos de cerveza que estaban en mitad de la calle y en las aceras; y también con los puestos de comidas rápidas, vehículos, contra la cerca de rejas que separaba a la multitud que estaba más próxima al escenario, y contra aquellos que veían el espectáculo por una pantalla gigante.

“Mi madre se fue contra un fogón de chuzos y se quemó la mano”, comentó Roberto Rueda, mientras echaba agua helada en la parte afectada de su progenitora.

A Isidro Peralta, su familia lo encontró tirado en la arena. El hombre había corrido a la playa buscando aire y se desmayó, contó enojado su hijo Steven.

Como él, tras una hora de buscarlo entre la multitud, Zoila Ramírez encontró a su hijo de 11 años escondido en un baño.

Así, las historias de lo que debía ser una noche de alegría, se transformaron en un suplicio para muchos. “El alcalde Mite tendrá que responder a su pueblo por lo sucedido anoche (el lunes), que fue un verdadero caos”, expresó con indignación José Tomalá, quien sentado en la vereda tenía en brazos a su esposa luego de que ella sufrió un desmayo.

En el lugar hizo falta socorristas y ambulancias, pese a que el evento incluía esos servicios.

Besito y corvina

Una fuente de la organización del evento dijo, con las debidas reservas, que mucha gente no se pudo comunicar con su familia porque el servicio de wifi fue cortado por orden del equipo del artista, con la finalidad de que nada se publique en las redes sociales.

Todo esto sucedía mientras la parte del público que estaba frente a la tarima seguía disfrutando del programa.

En medio del show, el alcalde local le entregó al artista el trofeo de la ‘Corvina Dorada’, en reconocimiento a su destacada participación, que llevó a miles de personas a la playa.

Al final del show, que terminó con la canción ‘Matemos las ganas’, una fanática se subió al escenario, burló la seguridad de los ‘pepudos’ y abrazó al artista. Luego intentó darle un beso en la boca, pero él se esquivó y solamente sonrió.