En 2018 llegó a Guayaquil desde Santa Ana, Manabí, para cumplir sus sueños: estudiar comunicación escénica. Gilliam Mieles, de 22 años, siente que, pese a que ha protagonizado varias obras y que actualmente se codea con los ‘pepas’ de las plataformas digitales ecuatorianas, aún le queda camino por recorrer.

A ella se la ve compartiendo videos de sketches y miniseries con actores como: Víctor Aráuz, Juan Carlos Román, Scarlett Córdova, Jorge Campozano, Leonardo Moreira, Gerson Quinde y con Álex Vizuete, quien fue el que la reclutó para grabar por primera vez con ellos.

Gilliam cuenta que Vizuete la invitó a un sketch, pero ella pensó que sería la única vez que pasaría eso, por eso disfrutó de la oportunidad. Luego la llamaron y comenzó a trabajar con ellos, desde entonces se han convertido en una familia.

“A Víctor le tenía miedo, pero en realidad es muy bueno, se portó demasiado bien conmigo, ahora es un gran apoyo y amigo. Grabar con ellos fue maravilloso. Todos me han sumado profesional y humanamente”, dice la joven.

Para Mieles lograr dar sus primeros pasos en la actuación son frutos del sacrificio que le costó dejar a su familia en Manabí y de armarse de valor para vivir sola en otra ciudad.

“Me aburría en mi departamento. Empezaron a tocarme procesos del pasado como el fallecimiento de mi padre cuando tenía 11 años y todos mis traumas que los fui pasmando porque era muy extrovertida.

Cuando me encuentro en la soledad decido moverme. No conocía lugares para hacer casting, ni trabajar, entonces hice videos para que las personas me identifiquen y así llegar a un casting o que salga una oportunidad”, menciona.

Es muy seria

Aunque siempre aparezca en sus videos de redes sociales riendo y haciendo locuras, Gilliam asegura ser la ‘amargada’ de la familia.

“Soy muy seria y la gente cree que no. Muchos me dicen que pensaban que yo era fofa, pero no es así. Mi familia me tacha de amargada. A veces me apago y estoy como en modo avión porque me gusta estar callada y pensativa. Soy muy sensible, lloro por todo. Álex me dice que soy sensible al extremo y es porque me preocupo mucho por lo que sienta la otra persona. Soy muy familiar y cariñosa”, argumenta.

Confiesa que no le gusta revelar sus sueños o planes, ya que cree en las malas energías, por eso vive sus procesos a su manera y en silencio. “Me gusta vivir el día a día y no pensar en el futuro porque me desconecto de lo que estoy haciendo. No me agrada estar en una cosa metida siempre, soy como un pajarito que se mueve a todas partes. Lo único que puedo decir es que sea lo que sea que haga con mi vida, siempre me veo actuando, no me veo en otra cosa que no sea esa”.