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Farándula
Famosas se cuidan frente a la cámara: Narran cómo son sus sesiones fotográficas
Trabajar solo con profesionales reconocidos, no aceptar trabajos gratuitos y revisar los ángulos de las imágenes, son los consejos utilizados
Una foto vale más que mil palabras, pero si esa imagen ha sido tomada con malas intenciones o es mal utilizada, puede destruir la reputación de cualquier persona. Por consiguiente, la cámara fotográfica puede llegar a convertirse, en el peor de los casos, en un arma...
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Ante esta realidad, varias figuras del medio farandulero compartieron sus experiencias al estar frente a una cámara y revelaron los métodos que han utilizado para evitar verse envueltas en situaciones bochornosas, especialmente al inicio de sus carreras.
Mafer Ríos / diseñadora de modas
“Siempre que he necesitado buenas fotos, he trabajado con profesionales reconocidos como Itúrburu o Joshua. Solo en una ocasión acepté que dos chicos que recién estaban comenzando, un fotógrafo y un maquillador, me hicieran una sesión. Lo hice para apoyarlos, y ahora ambos son grandes artistas. Siempre cuido que las imágenes no autorizadas no se publiquen, ya que soy quien selecciona las que se comparten. Como mi enfoque siempre ha sido la moda, no he tenido experiencias con fotógrafos que pidan algo fuera de lugar. Creo que este tipo de personas saben a quién pedirle ciertas cosas, y han de estudiar a las chicas para intentar manipularlas. Sin embargo, yo no soy manipulable. Nunca he permitido que cualquiera me tome fotos, porque esas imágenes quedan para siempre y, con el tiempo, pueden terminar perjudicándote.
Cuando inicié en este medio, en la época de Leche y Chocolate, trabajé con Roberto Pombar. Él tenía un enfoque muy especial en las fotos sensuales, pero siempre mantuvo una línea respetuosa, y quien aprobaba las imágenes era Sharon, ya que era su grupo musical. Es crucial trabajar con alguien de trayectoria y confianza. Para las publicaciones en medios, eran los canales quienes se encargaban de proporcionar las fotos autorizadas”.
Soraya Guerrero / panelista de TV
“Siempre fui muy precavida con las fotos. Trabajaba exclusivamente con dos fotógrafos. Uno de ellos era Roberto Pombar, cuyo estilo era completamente único. No me importaba cuánto cobraba, porque el resultado y su profesionalismo eran inigualables. Su estudio era ideal y siempre contaba con maquilladoras profesionales, como Maritza Chévez. Para mi línea de ropa, especialmente trajes de baño que requerían fotos más atrevidas, trabajaba con Nevel Castillo. Sabía que él nunca iba a sentir morbo por mi cuerpo, lo que me daba mucha tranquilidad.
Cuando los medios requerían entrevistas y sesiones de fotos, eran ellos quienes designaban al fotógrafo, y nunca tuve inconvenientes, ya que todo se manejaba con respeto. Hubo una vez en que un fotógrafo me llamó identificándose como alguien que trabajaba en un diario y me insistió para hacer una sesión gratis. Me pareció extraño y no respondí, porque no entendía su insistencia.
Los tiempos han cambiado. Hoy en día, una cámara puede ser un arma, y una foto mal utilizada, tomada con mala intención o sin cuidado, puede destruir muchas cosas. Por eso, es vital tener cuidado con quién se trabaja y dónde se pone el rostro y el cuerpo ante una cámara. Las consecuencias de no ser precavida pueden jugarte en contra a largo plazo”.
Sofía Caiche / actriz
“No sé si ha sido suerte o una bendición, pero nunca he pasado por momentos incómodos o de miedo frente a una cámara. Por ejemplo, en las sesiones de fotos que me hice para Diario EXTRA, incluso con ropa diminuta, el fotógrafo me transmitió confianza. Sentía el profesionalismo de la persona, que sabía lo que estaba haciendo, y yo me dejaba guiar. Para mi book personal, siempre he trabajado con profesionales de renombre como Itúrburu, Joshua o Pombar. Siempre busco gente que sabe lo que hace, que no abuse de los filtros y que, sobre todo, pueda capturar lo que quiero proyectar en cada imagen.
Actualmente, creo que la gente está muy ‘tostada’. Siempre ha existido quien busca aprovecharse de estas situaciones para manipular a las chicas. Ha habido casos en los que me han contactado para ofrecerme sesiones de fotos gratuitas, pero me da miedo no saber qué podrían hacer con esas imágenes. Por eso, siempre es mejor pensar mal y tener precaución, porque hay personas con intenciones poco claras”.
Gaby Guzmán / Comunicadora
“Siempre que he necesitado fotos, las he realizado con personas de confianza. Ahora, con la tecnología, estamos mucho más expuestas, por lo que siempre he procurado que las sesiones sean con profesionales reconocidos o recomendados por alguien que conoce y respalda el trabajo del fotógrafo. Es normal que durante el trabajo te sugieran ciertas poses, pero es muy diferente que te pidan realizar poses que no están alineadas con lo que deseas proyectar o con tu estilo habitual. Todo depende de la personalidad y los límites de cada persona.
Puedo hacer fotos sexys, pero siempre dentro de mis límites. En la actualidad, resulta muy complicado permitirle a alguien realizar una sesión de fotos únicamente a cambio de darle crédito. Es fundamental revisar el material que te están capturando y estar atenta a los ángulos que están tomando, ya que algunos pueden ser muy sugestivos sin que te des cuenta. Hoy en día, es esencial tener cuidado con quién decides trabajar para evitar malos entendidos o situaciones incómodas”.
Dora West / presentadora de TV
“Nunca me he hecho fotos sugestivas o provocativas, ni cuando estaba en Kandela ni en mi etapa como solista. Dentro de mi carrera musical hubo fotos sexys, pero ninguna que pudiera ser censurada. Las más sensuales que he realizado fueron durante mi embarazo, cuando llevé menos ropa, pero para esa sesión contraté a una mujer: Nana López, la esposa de Jorge Luis Del Hierro, una fotógrafa profesional.
Tomamos todas las precauciones necesarias para esa sesión y cuidamos mucho los detalles. Solo estuvieron presentes en el estudio mi esposo Danilo y un par de personas del equipo de trabajo. Ni siquiera permitimos fotos detrás de cámaras.
Nunca me han pedido hacer poses que estén fuera de mis límites, y no las aceptaría. En algunas ocasiones he recibido propuestas para sesiones de fotos gratuitas, pero esas ofertas no han llegado a concretarse.
Lo que está pasando con muchas chicas es terrible desde cualquier perspectiva. Es una violación a la intimidad y una falta de respeto a la confianza. Creo que hay mucho que aprender de estas situaciones, sobre todo la importancia de ser meticuloso con quién se trabaja. Es fundamental evitar fotos demasiado sugerentes con fotógrafos desconocidos. Mi solidaridad está con todas las víctimas de este tipo de abusos”.
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