Detrás de las varias cirugías estéticas a las que se ha sometido el panelista del programa de farándula Agárrate, Emilio García, también conocido como Emilio Sueños, están años de acoso y humillaciones por parte de sus compañeros del colegio.

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Era la burla de todos quienes siempre lo hicieron sentir feo, “como una escoria, una basura”. El acoso sin pausa que se extendió incluso a las calles, terminó por destruir su autoestima, acentuando más el complejo que desde niño sentía por su físico. Era flaco, la nariz demasiado ancha, los labios enormes (lo comparaban con un payaso) y le faltaba un diente, condición que heredó de su madre.

Muchas veces su hermana tuvo que defenderlo. Debido a las burlas llegó llorando y renegando a su casa, porque además era bastante afeminado y le gritaban de todo, más aún cuando de manera rebelde, como la serie mexicana de la que es fan, RBD, decidió pintarse el pelo de rubio y ponerse lentes cosméticos de color azul.

“Hacía eso porque en ese tiempo me creía Mía Colucci (personaje de Anahí). Me ponía todo eso por ella. Es más, hubo un espacio de mi vida que sufrí anorexia, todo lo vomitaba, justamente por que, según yo, mientras más delgado era tendría éxito. Gracias a Dios pude sobrepasar esa enfermedad”, comenta, quien llegó hace seis años a Guayaquil por invitación de una amiga.

Antes de salir del estado venezolano Anzoátegui, donde nació hace 28 años, logró someterse a dos cirugías para achicar su nariz. Esa intervención, dice, le cambió el 80 % de su rostro. También se aumentó los glúteos. Aclaró que nunca usó nada para blanquear su piel, simplemente dejó de ir a la playa Lido que estaba cerca de la comuna donde residía.

Se sometió a cirugías

Una vez asentado en Guayaquil pudo conocer gente que lo introdujo en el mundo de la farándula. Aquí vienen nuevas cirugías estéticas. A los labios les dio simetría y con la lipoescultura de marcación ‘esculpió’ los abdominales. Los dientes también se los arregló. Para mantenerse en forma y ponerse las tangas diminutas, acude al gimnasio.

“Siempre hay que verse bien y hacerse retoques. Yo me amo cada vez que me miro en el espejo. Me quiero y me acepto, pero es preferible dar la mejor versión de ti. Hay personas que me conocen desde hace muchos años que han visto mi evolución y no puedo mentirles”, asegura el ‘chico raro’, cuyas fotos eran tomadas como burla dentro de la red social Facebook.

Sus complejos, dice, son cosa del pasado, ya que hay una gran diferencia entre el Emilio de antes y el de ahora que es más seguro y cumplió sus sueños, de ahí viene el seudónimo con el cual se presenta.

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