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Farándula

El Cuartel de las feas y quien dio vida a Marcela Valencia se juntaron para una obra.ÁNGELO CHAMBA

¡El cuartel de las feas llegó a Quito!

Parte del elenco de la telenovela ‘Yo soy Betty, la fea’ se juntaron luego de 23 años del estreno para una obra en la que recordaron anécdotas del rodaje.

“Tú eres la negrita de 'Yo soy Betty, la fea', es una pregunta que María Eugenia Arboleda (Mariana Valdez) ha escuchado miles de veces en los últimos 23 años. Ese cuestionamiento ha llegado a su vida incluso en situaciones muy peculiares. Durante un asalto, un ‘choro’ hasta le pidió una fotografía juntos. “La tomó con mi teléfono y luego se lo llevó”, cuenta la actriz colombiana que ahora vive en la ‘Yoni’.

Ella y parte del elenco de la famosa novela colombiana llegó a Quito para una función única de la obra de teatro ‘Juntas otra vez’. Natalia Ramírez (Marcela Valencia), Marcela Posada (Sandra Patiño) y Martha Isabel Bolaños (Jenny Garcia) la acompañaron en la puesta en escena y ‘revivieron’ las anécdotas del Cuartel de las feas.

Poco han cambiado, dice Arboleda, quien pese a estar de ‘rompe’ con la tecnología se mantienen en contacto con sus panitas de la novela. Un chat de WhatsApp con el nombre de ‘Nosotros’ mantienen en contacto a los protagonistas de esa teleserie escrita por Fernando Gaitán. Él mismo se encargó de escoger al reparto y lo hizo bien, coinciden las chicas, que durante más de una hora pusieron a reír a los capitalinos con las frases más famosas de sus personajes.

“Creo que tuvimos suerte y nos llevamos muy bien todos. Más que amigos, somos familia”, dice Ramírez. Aunque su personaje fue muy “odiado” durante la transmisión de la novela, la actriz revela que no tiene nada en común con Marcela Valencia, pero hasta ya se ha adaptado a que la llamen de esa forma.

El recuerdo

La novela se estrenó hace 23 años y hoy el público sigue recordando a sus personajes.Internet

A quien también le siguen diciendo Pupuchurra es a Martha Isabel Bolaños. Al principio le molestaba. No quería encasillarse en ese personaje, reconoce. Sin embargo, ahora se siente honrada de que la recuerden por ese apodo. Dice que se estaba ‘comiendo la camisa’ cuando dio el casting. Había “prendido tantas velitas” para que se le diera el milagro de llegar a la TV que hasta se le quemó el apartamento. “Tenía más deudas que el estafador de Tinder”, bromea.

Con ‘Yo soy Betty, la fea’, no solo consiguió ‘camello’, también amigas para toda la vida. Ramírez le prestó dinero cuando lo necesitaba. Arboleda es una gran consejera, sobre todo cuando la Pupuchurra le han “roto el corazón”. Posada, finalmente, que es “tan hábil con las manos” le tejió una blusa que Bolaños no se la quitaba ni para dormir.

La colombiana, a la que muchos recuerdan como la Jirafona por su 1,75 m de altura, en la novela siempre soñó con conocer a un alemán de dos metros. Hoy, en la vida real, ella sabe que es mejor estar sola. Por su vida han pasado tantos hombres pequeños que dejó de ponerse tacos para que ellos no se sintieran enanos. Una de las chicas del Cuartel le presentó un consolador en son de broma. 

DATO

El rodaje duró cerca de dos años. Trabajaban entre 12 y 14 horas al día.