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Artistas que cantan en fiestas del narcotráfico en Ecuador: ¿Culpables por trabajar?
Cantantes aseguran que muchas veces no saben quiénes son sus clientes hasta cuando llegan al lugar. En la contratación intervienen intermediarios
Un nuevo debate ha surgido en la industria musical ecuatoriana, donde varios cantantes están siendo criticados por presentarse en las denominadas ‘narcofiestas’.
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Los artistas consultados por EXTRA coinciden en que, en muchas ocasiones, no saben quiénes específicamente los contratan, ya que dichas fiestas suelen ser organizadas por intermediarios. En ocasiones, se dan cuenta de la naturaleza del evento cuando ya están en el lugar y no les queda otra opción que cumplir con su presentación.
Todo esto, luego de que la cantante Dayanara fuera señalada por presentarse en una fiesta realizada en una finca en el kilómetro 36,5 de la vía a la costa, el pasado 10 de mayo de 2024. Las autoridades policiales intervinieron el lugar, en la que llamaron la ‘narcofiesta’, y encontraron 29 pistolas de diferentes marcas, cinco fusiles, 200 municiones y 10 celulares. Se hallaron objetos que evidenciaban el gran festejo que tuvo el lugar.
Entre los 33 procesados se encuentra Celso Miguel Moreira Herrera, que celebraba su cumpleaños número 41. Este hombre fue uno de los 14 capturados en 2014 durante la Operación Pacífico, que desarticuló una red internacional de narcotráfico en Ecuador. Otro de los detenidos es Rolando Federico Gómez Quinde, uno de los presuntos líderes de la organización criminal Los Águilas.
En esa finca también fue detenido Jacobo Abdalá Bucaram Pulley, hijo del expresidente Abdalá Bucaram Ortiz. Sin embargo, lo procesaron por incumplimiento de decisiones legítimas de autoridad competente. Deberá permanecer con arresto domiciliario mientras dure la investigación.
Emilio Pinargote, que fue el presentador del espectáculo artístico en la megafiesta, eliminó las fotos que subió del lugar. Desde entones no se ha referido al tema, al igual que la actriz Mafer Pérez y su esposo Robert Vélez, cuyas imágenes también se vieron en la fiesta.
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A Jhonatan Luna le vendaron sus ojos para que le cante a narcos
“A mí me llegaron a contratar algunas veces para cantar en este tipo de show, allá en Colombia. Me llegaron a vendar los ojos, y yo sabía que eso no era para nada bueno, lógicamente. En ese entonces cantaba boleros y baladas del recuerdo, por eso no estoy de acuerdo con el comentario de Fausto Miño, que dice que los clientes son el reflejo de los artistas. Que porque yo hago un tipo de música, ya dirijo a un delincuente, y no es así”, argumenta.
Dice que en muchos casos, quienes llegan a caer en manos de personas malas son los que están pasando muchas necesidades, gente vulnerable, a quienes les pintan bonito un terreno y, lastimosamente, caen. “Lo mismo pasa con el artista, al menos en Ecuador. El modelo de ganancia para los cantantes son los shows, no es que tienen reproducciones en plataformas, pero cuando tienes una necesidad económica o de darle movimiento a tu equipo de trabajo, haces presentaciones en vivo”.
Luna dice que este año ha sido muy duro por los estados de excepción, por lo que decirle no a un evento privado es muy complicado. “No preguntas de quién es el show, solo agradeces a Dios y vas. En esa parte, Fausto sí tiene razón cuando dice que, en la mayoría de casos, uno se entera de a quién le está cantando cuando ya va llegando al lugar, pero ya está. Tienes que cantar”, menciona.
En su caso, no es de los que se involucra con los clientes; simplemente canta y se va. “No somos responsables de quienes nos contraten. Uno hace música para todo el mundo, y no sabes quién se enamora de tu música”.
Fausto Miño cree que las letras de las canciones influyen
“Cuando a uno como artista lo contrata cualquier cliente, muchas veces sí se sabe que es gente decente, pero cuando no es gente decente, uno se entera cuando ya está llegando o a veces cuando está en el escenario”, afirma Fausto Miño. Según el artista, en estos casos, la responsabilidad no recae completamente en el cantante, pero sí existe una reflexión importante que debe hacerse.
“Diría que ahí el artista no tiene ninguna responsabilidad en eso, pero sí tiene una responsabilidad en lo siguiente: ¿con qué intención haces tus canciones, tus letras, tus ritmos y tus géneros?”, cuestionó Fausto, instando a sus colegas a considerar las verdaderas motivaciones detrás de su trabajo. Miño destaca la importancia de crear productos y servicios con la intención de servir a la sociedad, en lugar de servirse de ella.
“Si haces canciones o cualquier producto o servicio para servir a la sociedad, te va a contratar gente buena. Si haces canciones para servirte de la sociedad, te va a contratar ‘gente trucha’, gente que siente y piensa igual que tú”, finalizó.
Zaida explica que el artista puede elegir si presentarse o no
Para la cantante ecuatoriana Zaida, la responsabilidad es 50/50, ya que al final del día es realmente difícil definir de dónde provienen los activos de los locales, empresas o personas que contratan.
“Si la persona que lo contrata a uno pues figura dentro de la lista de personas más buscadas o que tienen un historial delictivo, porque esta información ha sido difundida por todos los medios nacionales, el artista debería negarse a presentarse, para evitar que sea vinculado con los problemas con la justicia. El vacío está en que muchas veces quien te contrata es una asistente, quien se puede guardar los detalles que permitan definir si las personas para quienes es el show pues no tienen ningún problema legal o delictivo”.
Añade que el artista brinda un servicio, pero no necesariamente tiene que ser involucrado en los problemas de sus contratantes. “Como en cualquier servicio, uno también elige a los sectores donde quiere o se permite trabajar. Muchas personas prefieren no ir al sur de la ciudad, por su seguridad. Cada quien es libre de elegir y ahí hay responsabilidad”, finaliza.
Mr. Wilson dice que hay muchos intermediarios
“Lo que puedo decir es que, como artista, uno no sabe al 100 por ciento el origen de las personas que lo contratan. No se logra saber quién es o a dónde se va a cantar, ya que existen muchos intermediarios para hacer el contrato. Estos intermediarios pueden ser organizadores de eventos, un mánager o familiares”, menciona.
En el caso de los cantantes, dice, se deben a un itinerario de fechas que les da su equipo de trabajo. Por ejemplo, este fin de semana tienen un matrimonio, al otro una graduación, pero sin mayores detalles, por lo que no saben a quién le brindarán sus servicios.
“No sabemos quién es el organizador de eventos. A veces te topas con sorpresas y cosas extrañas, pero es lo que puedo comentar. El artista no sabe a ciencia cierta quién es la persona que lo llega a contratar. Ese sistema de intermediarios es popular aquí en Ecuador y lo pasamos muchos artistas”, añade.
Abogados hablan de la parte legal de los cantantes y sus contrataciones
Lenin Duque / Doctor en leyes
“Es difícil para los artistas conocer quién es la persona que finalmente los está contratando, porque este tipo de personas con antecedentes no son los que buscan de manera directa al artista. Mi recomendación es que ellos firmen un contrato, para evitar los problemas en los que se pueden ver involucrados, y en el mismo, establecer una cláusula que los libere de cualquier problema en el caso de existir”, explica.
Por otro lado, cree que eso es algo complejo, pues aunque una persona los contrate y el artista revise si tiene antecedentes en la página de la Fiscalía o de la Función judicial, puede llegar y toparse con otra realidad.
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“Es fácil decirle al cantante que se vaya y no cante, pero en la práctica no es así, pues difícilmente tendrá la oportunidad de decidir”, finaliza.
Raúl Llerena / Abogado
“Sin duda es un tema delicado desde el punto de vista legal. Para ello se precisa establecer si el artista es un apologista de algún delito aplaudiéndolo o incitándolo a cometer, o aceptar un contrato directamente de algún delincuente con pleno conocimiento y voluntad de que quien le contrata y paga está dedicado a actividades ilícitas; y otra diferente es ser contratado legalmente y ejercer su derecho al trabajo sin tener conocimiento de alguna ilicitud por parte de quien le paga”, explica Llerena.
Dice que en el primer caso los contratados que a sabiendas reciben dinero ilegal de un contrato, sitúan su conducta en el tipo penal de lavado de activos como cómplices o colaboradores de delincuencia organizada, mientras que, en el segundo caso, existiendo un acto profesional contractual lícito no existe responsabilidad penal alguna”.
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