Más de 1.450 millones de alitas de pollo consumirán el domingo 12 de febrero los estadounidenses. Anuncios de 30 segundos por siete millones de dólares, entradas más baratas por 4.000 dólares, hoteles completamente reservados, 'boom' en la venta de televisores de 85 pulgadas: es el poder del Super Bowl.

Los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles, liderados por Patrick Mahomes y Jalen Hurts se juegan la corona de la NFL en el State Farm Stadium de Arizona. Si el ganador en el campo se conocerá el domingo 12, restaurantes, supermercados, hoteles y tiendas tecnológicas ya se frotan las manos por un impacto económico millonario.

Alimentos como el pollo y el guacamole tuvieron una bajada de precio respecto al año pasado, a diferencia de la cerveza tuvo un aumento de un 11 % comparado con este mismo período en 2022, cuando se vendía por 17 dólares el vaso en el Super Bowl de Los Ángeles.

En la cancha, los mariscales de campo Mahomes y Hurts buscarán escribir una nueva página en la historia de la NFL, en la 57 edición de un Super Bowl que forma cada vez más un binomio perfecto con los negocios.