El sueño del ascenso se volvió a postergar para los equipos más representativos de la Segunda categoría de la capital: Deportivo Quito y Espoli. La hinchada chulla lamenta un nuevo fracaso, en tanto que el cuadro policial estuvo a un minuto de lograr su clasificación a la siguiente fase, pero dependió de otro resultado.

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El sábado 29 de junio se definió el hexagonal del torneo de ascenso de Pichincha, tras catorce jornadas en tres grupos, en donde los favoritos tropezaron, dando cuenta de la exigencia de esta categoría, en donde van surgiendo proyectos ambiciosos como Vinotinto, Meridiano, Independiente JFA o Patrón Mejía, que en su primer año compitiendo ya logra meterse a la fase final.

En la Casa de la Selección, Espoli visitó a Meridiano, en un partido vital para ambos. La tensión desde el primer minuto se notaba en las hinchadas, que no tardaban en reclamar ante cada decisión arbitral. Incluso, cuando ya Meridiano ganaba por 1-0, su técnico, Adeo Leiva, acabó expulsado por reclamos.

La ventaja hizo que el Gallito se volcara al ataque y por poco marcara en dos ocasiones. Pero a punta de orden, Meridiano sostuvo el resultado para celebrar el paso a la siguiente ronda. Pero el final de ese partido fue de ‘infarto’ para el conjunto policial, pues en otra cancha empataban sin goles Aampetra y Patogol, lo cual los clasificaba.

Cuando se enteraron estallaron en alegría, pero esa emoción duró poco, pues en ese instante, a último minuto, llegó el gol de Aampetra. Los jugadores de Espoli acabaron en lágrimas, sabiéndose eliminados. Ni el presupuesto que había entrado al club por derechos de formación en la venta de Moisés Caicedo pudo hacerlos fuertes en el ‘infierno’ de la Segunda.

En la otra vereda, el técnico de Meridiano festejaba bañado en agua y otras bebidas hidratantes por sus jugadores. “Empezamos un trabajo desde cero hace siete meses, reclutando jugadores, inyectando la filosofía desde el primer día, el ochenta por ciento son chicos que llegaron este año. Esto es solo trabajo honesto y sacrificio de todos”, señaló Leiva.

Deportivo Quito, en cambio, el empate ante Rayo en la penúltima fecha había complicado sus aspiraciones, pues en la última jornada debía descansar y su futuro había quedado en manos de Vinotinto, ya clasificado, y Patrón Mejía, al que un empate le bastaba para conseguir el boleto y así sucedió.

En el estadio de la Liga Cantonal Rumiñahui, la fiesta la puso la hinchada del Patrón, que desde el inicio del torneo fue una de las más activas, alimentada por los exestudiantes del colegio Mejía, que sienten como propio al equipo.

El resultado se concretó con un gol por bando que firmó otro fracaso para el cuadro chulla, que ya había dejado ver debilidad con el despido a medio torneo de su entrenador, Martín Mandra, quien fue recontratado solo dos días después. Pero en el equipo ya se había instalado la inseguridad y no pudieron en su último partido, cediendo un empate ante Rayo y prácticamente condenándose.

Una temporada que concluye demasiado temprano para una ilusionada hinchada que cada año encuentra algo de esperanza. Pero el ascenso se va volviendo imposible con el pasar de los años y en el equipo quiteño deberán conformarse con la participación en Copa Ecuador.

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