Los jugadores de los clubes de Guayaquil están enfocados en la pretemporada, para empezar con fuerza la disputa de los torneos ecuatorianos. Algunos están en el extranjero y otros concentrados en complejos de la ciudad. Pero ese trabajo lo tirarían a la basura quienes tienen sus jornadas ‘de joda’ con ‘peladas’.

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El punto de concentración de la ‘otra pretemporada’ es un domicilio grande y lujoso, aunque con una fachada discreta, que está ubicado en la ciudadela Urdenor, en el norte porteño, a la que se puede acceder a través de la avenida Las Aguas.

A la casa pueden entrar los jugadores solos o acompañados de señoritas. Esa es la única regla del dueño (o dueña) del establecimiento, para que los futbolistas puedan hacer lo que les plazca, sin preocuparse de que les tomen fotos y las filtren a la prensa.

El horario es lo de menos, porque los peloteros asisten en el momento que quieren tener un rato ameno tomando una ‘chelas’ con la compañía de una o varias chicas. Esas jornadas no tienen horario de finalización, son intensas, hacen ‘full’ cardio y movimientos de las extremidades.

Por varias temporadas ya vienen cumpliendo esta ‘pretemporada’, que se extiende hasta que se finaliza el año... ¡‘pillines’!

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