Elena Vera nació en Esmeraldas, reconocida como la cuna del mejor fútbol del país. A los 13 años, comenzó a pelotear y desde entonces, prácticamente, no ha parado. Conocida como ‘La Chava’ en los barriales, a sus casi 46 años, sigue siendo solicitada para reforzar equipos junto a sus hijas, Jéssica y Brisa, ya que siempre terminan siendo campeonas, como en la Liga Barrial Consejo Provincial, al norte de Quito, donde celebraron la victoria el sábado 11 de mayo.

La pasión por el fútbol llevó a Elena a aprender jugando con hombres en su natal Atacames, y luego en torneos femeninos en su provincia. Sin embargo, en busca de una vida mejor, se trasladó a Quito junto a su esposo Jackson Micolta, también futbolista, quien incluso tuvo un paso como profesional en 1998 con Técnico Universitario. A él lo conocen como ‘Chavo’, y de ahí el apodo de la familia.

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Al llegar a la capital, Elena tardó un par de años en comenzar a jugar en Pisulí, donde se instaló y reside hasta la actualidad. Poco a poco demostró su talento en las canchas y más tarde empezó a jugar junto a sus hijas.

“La mayor, Jéssica, que tiene 29 años, fue la que comenzó conmigo, y luego la menor, que ahora está en pausa porque está embarazada”, relata a EXTRA. Las tres son buscadas por varios equipos barriales, ya que donde juegan, ganan títulos.

“Es lo mejor que podemos tener como hijas, que nuestra madre esté con nosotros en la cancha, divirtiéndonos y quedando campeonas en todas partes”, destaca Jéssica tras la victoria 6-1 ante Liverpool, para ganar la corona de la Liga Barrial Consejo Provincial.

“Aquí hemos sido campeonas todos los años”, subraya Brisa, quien tuvo que parar hace seis meses por su embarazo. “Seguramente ya nos tienen fastidio en esta liga”, bromea su hermana Jéssica, sabiendo que, de hecho, son muy queridas. Desde las gradas, solo hubo aplausos para ella al marcar dos goles en el último partido.

Además, sacaron varias sonrisas entre los vecinos al posar coquetas para EXTRA, que ya acompañó a Las Chavas en diciembre de 2023 en Colinas del Norte, donde ganaron el título con Súper Crack.

Desde aquella última final, los movimientos de Las Chavas en la cancha cambiaron un poco, ya que no han podido contar con Brisa. “Me hace falta en los partidos, ella es delantera neta y se siente su ausencia”, dice Elena, quien, por otra parte, celebra la próxima llegada de su sexta nieta.

Para la joven futbolista, también ha sido difícil esta pausa, ya que estaban jugando en seis equipos a la vez. “Me ha costado bastante, de estar jugando siempre, de ser la goleadora en cada liga, a tener que parar, es duro”, confiesa.

La madre primeriza mira con nostalgia el trofeo de goleadora que le entregaron a una de sus compañeras, sabiendo que probablemente hubiera sido suyo. Pero su alegría al convertirse en madre es mayor, y los partidos los vive desde la tribuna, esperando que su bebé, a quien llamará Hazel, también sea futbolista y forme una nueva generación de Las Chavas.

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